Las decepciones amorosas sí rompen el corazón. Aunque no sucede de manera literal, el dolor que provocan puede ser similar al de un infarto, señaló el cardiólogo Francisco Javier Azar.

Otras experiencias sorpresivas, como el fallecimiento de un ser querido o ser víctima de un asalto, también causan el mismo efecto, llamado comúnmente síndrome del corazón roto.

Se trata de un padecimiento en el que episodios de estrés provocan que el cuerpo libere tanta adrenalina que el corazón se contrae con una fuerza inusual.

“Y esa fuerza aumentada provoca que el corazón se abombe. Es un órgano que tiene una forma de cono, es como un triángulo, entonces, cambia su forma y se convierte como en un globo”, describió.

Cuando eso sucede, el corazón pierde fuerza y, por instantes, las arterias que bombean sangre se cierran por los espasmos, se autocontraen, señaló, pero después se relajan para que la sangre vuelva a correr a través del corazón.

Por esa razón, en el paciente se manifiesta con los mismos síntomas de un infarto: dolor en el pecho, falta de aire, fatiga. Sin embargo, subrayó, el síndrome no daña las células del corazón y, por lo tanto, sus consecuencias no suelen ser graves como las de un infarto ni produce secuelas.

“En el síndrome del corazón roto el paciente tiene síntomas muy aparatosos porque el dolor es muy intenso, se puede poner muy grave 48, 72 horas, pero, normalmente, este síndrome no deja huellas en su corazón, se recuperan al 100 por ciento”.

En pocos casos, la manifestación del síndrome del corazón roto puede llevar a la muerte. Lo frecuente es que el paciente requiera durante un mes un tratamiento cardiovascular con medicamentos para mejorar, así como un seguimiento con estudios complementarios que prueben que el problema se resolvió.

El síndrome del corazón roto afecta más a mujeres de 50 años en adelante, y dentro de las enfermedades cardiacas ocupa entre el 1 y el 2 por ciento de incidencia.

El cardiólogo explicó que se presenta una sola vez en la vida, sobre todo en personas que no saben manejar el estrés derivado de situaciones angustiantes o dolorosas.

Por Reforma

Escrito en Celaya el 6/8/2016 · 00:00