Flechados por su arte: Conoce a las parejas más icónicas
En el Día del Amor y la Amistad, te presentamos las historias de diferentes parejas que aportaron a la cultura y el arte de la humanidad
A lo largo de la historia, han existido parejas y romances legendarios, cuyas contribuciones a la cultura, el arte y la ciencia dejaron una marca indeleble en el mundo.
María Félix y Jorge Negrete
María Félix y Jorge Negrete, ambos titanes de la música y de la cinematografía nacional, saltaron del odio al amor en un instante para consumar uno de los amoríos más recordados de la industria, al casarse en la Ciudad de México un 18 de octubre de 1952, en la que fue considerada por muchos como la “Boda del Siglo”.
Diversas fuentes afirman que el “Charro Cantor” y “María Bonita” se odiaron durante una década a raíz de la filmación de la película “El peñón de las ánimas” (1943). En ello, Jorge Negrete minimizó el trabajo de la sonorense, ya que la consideraba novata para interpretar el papel de “María Ángela Valdivia” y en su lugar, abogó para que su entonces pareja, Gloria Marin, obtuviera dicho protagónico.
El tórrido romance entre Jorge y María se convirtió en uno de los episodios más trágicos en la historia del México moderno, pues el 5 de diciembre de 1953, el intérprete nacido en la ciudad de Guanajuato falleció con tan solo 42 años de edad a causa de una cirrosis hepática. “La Doña”, quien se encontraba trabajando en París con diferentes producciones, de inmediato tomó un avión y alcanzó a despedirse de su ser amado en el Hospital Lebanon Cedars de Los Angeles, California.
Marie Curie y Pierre Curie
En el mundo de la ciencia, Cupido también hizo sus travesuras al flechar a “Madame” Curie (cuyo nombre real es Marie Sklodowska) y a Pierre Curie. Recién llegada de Varsovia y con 24 años de edad, Marie Curie ingresó a La Sorbona para graduarse en las áreas de física y matemáticas.
Junto a su esposo Pierre y luego del nacimiento de la primera de sus dos hijas, Marie Curie centró sus esfuerzos en el estudio de minerales naturales que contenían uranio y descubrieron una sustancia completamente nueva a la que llamaron “polonio”. Meses después, su ardua labor los hizo descubrir otro elemento altamente activo al que denominaron “radio”.
Estas acciones contribuyeron a comprender mejor los efectos de la radiación y su uso tanto en el diagnóstico como en el tratamiento médico, mismo que sentó las bases para combatir enfermedades como el cáncer. La notable pareja de científicos recibió el Premio Nobel de Física en 1903 y para 1911, Marie Curie recibió por su cuenta su segundo Premio Nobel, en esta ocasión por sus avances en el campo de la química.
Diego Rivera y Frida Kahlo
Pese a que en 1922 Frida Kahlo tenía apenas 15 años de edad cuando conoció a Diego Rivera de 36 en la Escuela Nacional Preparatoria, el encuentro entre el gigante del muralismo y la retratista dio origen a un llamativo periodo de pasión y desventura que hasta el día de hoy, mantiene ecos profundos en la historia del arte mexicano.
Fue hasta 1928 cuando la fotógrafa italiana, Tina Modotti, concretó el acercamiento entre los artistas y para 1929, contrajeron nupcias en Coyoacán, lugar de nacimiento de la propia Kahlo y de sus hermanos, todos hijos del fotógrafo alemán Guillermo Kahlo y de la hispano-mexicana, Matilde Calderón.
Ni siquiera la tumultuosa vida personal, las infidelidades, sus abortos e incluso los divorcios entre ambos, hicieron mella en el amor que Frida Kahlo tenía por el pintor guanajuatense. Pruebas de su idilio son visibles en los murales de la Secretaría de la Educación Pública (ubicada en la calle de Argentina del centro histórico de la CDMX) confeccionados por Rivera, paralelos a obras como “Diego y yo” y el retrato de bodas titulado, “Frida y Diego Rivera”, autoría de la pintora mucho antes de su deceso, ocurrido un 13 de julio de 1954.
Jean Paul Sartré y Simone de Beauvoir
Dos de los pensadores con mayor influencia en el transcurso del siglo XX, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, protagonizaron durante medio siglo un romance repleto de colaboraciones intelectuales ampliamente nutridas, fruto de sus años como jóvenes estudiantes de filosofía.
Sobra mencionar las aportaciones de Sartre en el ramo al ser considerado el Padre del Existencialismo, no obstante y dada la reciente vigencia del tema, la publicación en 1949 de “El segundo sexo” de Simone de Beauvoir, alentó fuertemente en Francia y en otras parte de Europa, el segundo movimiento feminista en los polémicos años sesenta.
Aunque nunca se casaron, mantuvieron una íntima y estrecha cercanía al ser vistos en los hoteles, restaurantes o cafés parisinos, llevando a cabo acalorados debates filosóficos y de escritura. Después de un tiempo, Simone escribió: "La fraternidad que soldó nuestras vidas hacía superfluos e irrisorios todos los lazos que hubiéramos podido forjarnos".
Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre comparten su última morada en el Cementerio de Montparnasse, cuya lápida alberga innumerables muestras de cariño en forma de corazones y huellas de besos con lápiz labial.
John Lennon y Yoko Ono
El romance entre John Lennon y Yoko Ono no solo fue una relación personal, sino que también dejó un impacto significativo en el mundo del arte y la música. Desde su encuentro en 1966, Ono, una reconocida artista de vanguardia en el ámbito del arte conceptual, introdujo a Lennon en nuevas formas de expresión creativa.
Juntos rompieron barreras artísticas, combinando música, performance y arte visual, explorando temas de paz, amor y activismo social. Su relación dio origen a colaboraciones influyentes que trascendieron la música convencional, como su famoso "Bed-In for Peace".
A lo largo de su relación, Lennon y Ono fueron símbolos de la fusión entre arte y activismo, impulsando una nueva forma de ver la música y el arte como herramientas de cambio social. Aunque su colaboración fue controvertida y criticada por algunos fanáticos de los Beatles, no se puede negar el impacto profundo que su unión tuvo en la transformación del panorama cultural y artístico de los años 60 y 70.
Su legado conjunto sigue inspirando a artistas que buscan desafiar convenciones y expresar mensajes profundos a través del arte.
Jorge Ibarguengoitia y Joy Laville
Otro guanajuatense ilustre también forma parte de este listado. Jorge Ibargüengoitia, cuentista, dramaturgo y novelista, conoció a la escultora británica Joy Laville en San Miguel de Allende entre 1963 y 1964. El autor de “Estas ruinas que ves” llevó al altar a la artista plástica en 1973, luego de que esta viviera durante casi una década en Canadá.
Su conexión fue inmediata, con el paso de los años afianzaron una relación donde cosecharon gran parte de su obra, fruto de su conocimiento literario y pictórico, marcado por el apoyo y la admiración mutua. De este modo, Laville se convirtió en eje central de la vida personal y artística del escritor.
A la par de ello, Joy Laville adquirió un dominio notable en diferentes técnicas, pasando por la acuarela, el pastel y la gráfica.
Entre las categorías temáticas que más le atraían se pueden encontrar los paisajes marinos, el desnudo femenino y las representaciones estilizadas de figuras humanas, a las cuales dotaba de una sensualidad palpable.
Un ejemplo de su legado y convicción profesional, fue la exposición “Jorge en Joy: una historia de amor”, exhibida en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato (MAHG) durante septiembre del 2024.
Dicho proyecto narraba el romance de ambos artistas, que se extendió durante diez años hasta el fatídico 27 de noviembre de 1983, cuando en Mejorada del Campo (Comunidad de Madrid), se desplomó el avión en el que Ibargüengoitia viajaba desde París a Colombia para asistir al primer Encuentro Hispanoamericano de Escritores.
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