Iglesia Católica acepta cremación, pero no que se esparzan cenizas
La Iglesia acepta la cremación pero prohíbe que se esparzan las cenizas porque 'no somos parte de la naturaleza material', dice el padre Rubén Porras

Generalmente se lleva a cabo una misa de cenizas, después éstas se depositan en la misma iglesia.
León, Guanajuato.- La Iglesia católica acepta la cremación de los cuerpos, pero no que se esparzan las cenizas.
La Iglesia prohíbe que se esparzan las cenizas, porque no somos parte de la naturaleza material. El ser humano, por el Espíritu Santo es un ser espiritual”, dijo el padre Rubén Porras Penilla, párroco del templo de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en León.
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Esta parroquia tiene la atención pastoral del panteón San Nicolás, el sacerdote aseguró que la Iglesia no se contradice al permitir la cremación.
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“No, porque la Iglesia sabe que esa cremación no afectará el alma del difunto, así como mucha gente dice que cremarlo es como echarlo al infierno, eso no es cierto”, dijo.

Sin embargo, a través del Semanario Gaudium aseguró que no se permite tirar las cenizas.
Recordemos también que pensar en esparcir las cenizas en un río, echarlas al viento es una práctica panteísta. Porque con eso se está afirmando, erróneamente, una doctrina falsa de que el ser humano es como parte de las cosas”.
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Por su parte el padre José de Jesús Ibarra Andrade dijo que lo que aconseja la Iglesia es que se depositen en un lugar sagrado: en la Iglesia o en el cementerio donde esperarán la resurrección del último día.
Ordinariamente se llevan a misa y al terminar, se depositan ahí.
“A pesar de todo, algunas personas deciden quedárselas en casa, pero esto no es aconsejable, puesto que después de la generación inmediata las cenizas pueden pasar a ser un estorbo para quienes no conocieron de cerca al difunto y se pueden cometer acciones de irreverencia”.
Por eso, la Iglesia dispone que descansen en un lugar sagrado.
La voluntad de que las cenizas serán esparcidas en el mar, en la montaña o en el bosque o en cualquier otro lugar, expresa una disociación de la fe cristiana, pues ésta cree absolutamente que la persona sigue viviendo para la eternidad y que no queda “.
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