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Perspectiva

¿Quiénes son los ambientalistas?

Escrito en Hidalgo / Opinión el
Perspectiva

Nos preguntamos quiénes son los auto nombrados “ambientalistas”, cuántos son y a quién representan. Aparece un puñado de ciudadanos que se hacen llamar defensores del medio ambiente, hacen “bu” al Ayuntamiento y, como si fueran representantes populares, quieren parar obras vitales.

Ayer publica un desplegado la empresa promotora de León City Park o City Center, un conjunto comercial y habitacional junto al parque Los Cárcamos. Según la empresa será una inversión de más de 2 mil millones que brindará 3 mil empleos en su construcción y 600 directos en su operación.

Pocas cosas benefician la economía de una región como la construcción. Se expande a muchas ramas de la industria y da empleo formal. Lo vemos con proyectos como Plaza Mayor, Altacia, Plaza Galerías y decenas de pequeñas plazas comerciales.

Pero León tiene una enfermedad que ningún alcalde, ningún ayuntamiento, ningún diputado, ningún ambientalista quiere combatir: la especulación de la tierra.

Si los llamados “ambientalistas” tuvieran medio centímetro de inteligencia, lo primero que deberían combatir sería los enormes lunares de tierra improductiva. Lo segundo, dejar de atacar la prosperidad y el empleo de los ciudadanos.

El Ayuntamiento debe alentar el espíritu emprendedor, atender a los promotores del desarrollo con todas las facilidades y el apoyo para que realicen sus proyectos. La celeridad es indispensable. Sabemos que la tramitología es una ruta de pesadilla. A una regulación se suma otra y a un permiso se le agrega uno más.

Si el Ayuntamiento funcionara como lo soñamos, tendría un ejecutivo de cuenta para cada proyecto del tamaño de City Center. Un equipo de ayuda para competir con otras ciudades por la inversión.

En lugar de poner trabas, ofrecer soluciones inmediatas; en lugar de pedir papeles y más papeles, tener una ventana única, una sala VIP para inversionistas. Porque no es en favor de los que más tienen, sino apoyo directo al empleo, al desarrollo.

También los medios tenemos la responsabilidad de dar la justa dimensión a grupúsculos de personas que se abrogan una representación inexistente. En nuestro afán de apertura y pluralidad, caemos en la ingenuidad de dar voz a intereses mezquinos. Con humildad debemos reconocerlo y evitarlo.

Los centros comerciales son las nuevas plazas de recreo y esparcimiento. Imaginemos que City Park hace un convenio con el municipio y ayuda a que el parque Los Cárcamos esté impecable, mejore como espacio de esparcimiento popular y permanezca como un pequeño pulmón de la ciudad. A ellos les conviene, a todos nos favorece. Sin ninguna duda se debería integrar al complejo.

Hoy tenemos un lunar en la bulevar Morelos sin beneficio urbano; mañana podemos tener un proyecto vibrante que dé oportunidades a muchos. Quienes se oponen sólo se representan a ellos mismos. En las paradojas urbanas, el Partido Verde, ese que alentó un edificio de 23 pisos en la avenida Cerro Gordo, ahora se opone a una obra de gran calado. Los intereses particulares, las envidias urbanas y la incompetencia del IMPLAN no se pueden ocultar porque ahí están, al gustillo de personajes improvisados y de capitales que crecen en tierras que duermen.

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