Asteriscos-Hidalgo
EDICIÓN 1545
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Hacer bien y correctamente desde el principio trae grandes beneficios, por ello las nuevas administraciones municipales en Hidalgo deben priorizar la entrega-recepción y nombrar contralores independientes en los primeros 20 días, esto de acuerdo con la Contraloría estatal que exige denunciar irregularidades en obras públicas y cumplir con los requisitos legales para los tesoreros municipales. La buena pauta está dicha, de cada nuevo alcalde dependerá el desempeño y “resultados”.
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El ayuntamiento de Pachuca fue el único en aceptar las recomendaciones de la CDHEH tras los incidentes con estudiantes de la UAEH. Mientras Pachuca implementa capacitaciones, la UAEH se niega a colaborar, enfrentando procedimientos legales más rigurosos. Pareciera que la cerrazón y necedad, la falta de humildad es la política reinante en la que debería ser la “máxima casa de estudios” en el Estado.
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En Huejutla, el problema de la basura lleva 17 años sin solución, abarcando tres administraciones de Alfredo San Román y otras tres con Nava, ambos por el PAN, con Convergencia tres más de nuevo con San Román, por el PES, cuatro con Raúl Badillo y otras cuatro más con Daniel Andrade. Las autoridades municipales deben priorizar el diálogo para evitar más desacuerdos y resolver esta situación crítica que ha dejado por años “la Liga de la Basura”.
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Y en este grupo de repetidores de encargo con malos resultados, en este caso por sexta vez, lo hacen patente los boletines del ayuntamiento de Tulancingo que en nada ayudan a la reciente administración, reflejando una postura débil, apoyándose excesivamente en el trabajo del Estado, el cual debería ser su ejemplo a seguir y dignificar la sexta oportunidad que tiene la directora de Comunicación Social, Dulce Gayosso Gómez, que con la experiencia que sostiene tener, permite errores ortográficos y una evidente falta de autonomía en la gestión. Es claro ahora por qué su vana impugnación por la alcaldía de Huehuetla fue improcedente por la vía intentada, ni idea tuvo.
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El PRD en Hidalgo enfrenta la pérdida de su patrimonio inmobiliario tras perder el registro nacional. A pesar de esto, confían en mantener su edificio en Pachuca y buscan registrarse como partido local antes de la liquidación oficial este mes. Ya con su decolorada institución, ni caso tiene conservar un cascarón que ya no podrán sostener, ya se cayó.