Asteriscos – Hidalgo
EDICIÓN 1734
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Mientras la alcaldesa Maricela Hernández Lugo parece vivir en una realidad alterna, los policías de Francisco I. Madero tienen que salir a trabajar bajo protesta, con sueldos precarios, sin equipo suficiente y arriesgando la vida a diario. Incluso contemplan hacer su llamado al gobierno estatal, pues la administración municipal, lejos de atender lo básico, ha dejado a su corporación en el abandono. Si el apoyo tiene que venir del gobernador, ¿entonces para qué está la presidenta municipal?
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Por un lado, se dice defender la democracia sindical, por el otro, parece que Sonia Ocampo Chapa no está muy interesada en escuchar a las bases. Trabajadores del Centro de Salud Jesús del Rosal alzaron la voz contra imposiciones y prácticas autoritarias, pero la lona de protesta que colocaron fue retirada, como si el disenso se barrera bajo la alfombra. Si lo que buscan es representación justa, ¿por qué silenciar sus reclamos? No es con dedazos ni decisiones a oscuras como se construye legitimidad.
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Con pasos firmes, Rebeca Aladro Echeverría está poniendo al Poder Judicial de Hidalgo en el mapa internacional. El reconocimiento del World Justice Project al modelo de mediación intercultural que impulsa es más que un premio: es una señal de que cuando la justicia se adapta a las realidades culturales, puede realmente ser cercana y efectiva. Que sean las propias comunidades indígenas quienes median en su lengua y bajo sus normas, habla de un diseño institucional con sensibilidad y visión. Y si además se reconoce el liderazgo de mujeres en este proceso, doble mérito para la presidenta del Tribunal.
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Causo polémica que la alcaldesa de Santiago Tulantepec Yanet Fernández entregara a la presidenta del país Claudia Sheinbaum una petición de construcción de un albergue para familiares de enfermos que ingresan al Hospital General de Tulancingo, no porque el proyecto no sea bueno, sino porque sus gobernados dicen que no hace nada de obra, el servicio en la presidencia municipal es deficiente, entre otras muchas carencias que tienen.
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El arzobispo Óscar Roberto Domínguez se alista para un momento simbólico y trascendente: recibir el Palio de manos del papa León XIV en Roma. Más allá del protocolo, este gesto reafirma su papel como pastor de la arquidiócesis de Tulancingo, y aunque el viaje suene solemne, también es un recordatorio de que incluso en tiempos de incertidumbre, los símbolos de unidad y servicio aún tienen un lugar en la Iglesia. Un paso más en su ministerio, con vuelo incluido.