Buscar

Lo más difícil de ser policía es estar poco tiempo con sus hijos

Además de procurar la seguridad de los ciudadanos, Esperanza también resguarda la de sus hijos de 5 y 7 años.

Escrito en Hidalgo el
Lo más difícil de ser policía es estar poco tiempo con sus hijos

Cada vez que sale de su casa a trabajar, Esperanza desconoce qué riesgos enfrentará, pero el amor y la pasión que le tiene a su profesión y a sus hijos la impulsa cada día a ser una de las 181 mujeres policías que vigilan Hidalgo.

Cada día, Esperanza sale a las calles a procurar un estado pacífico y tranquilo para sus pequeños.

Es una mujer apasionada por lo que hace, tiene 32 años, es mamá soltera y tuvo a su primer hijo a los 25.

Mientras le perdía el miedo a la cámara su voz se entrecortaba, de momento hablaba fuerte, y cuando mencionaba a sus hijos se exaltaba un poco, es notorio que ellos son su todo.

El demandante horario que se debe cumplir para brindar seguridad a la ciudadanía absorbe mucho tiempo que Esperanza podría utilizar para convivir con sus hijos, pero ella se mantiene firme en su deber como policía estatal.

Ser policía es difícil, ser mamá todavía más, pero realizar ambas actividades se convierte en todo un reto.

ELLA ES UNA DE LAS 181 POLICÍAS MUJERES EN HIDALGO
Esperanza Barrera es policía desde hace un año, hace cuatro comenzó su entrenamiento como agente de seguridad pública y forma parte de las 181 elementos estatales que resguardan la paz en Hidalgo. 

Es madre soltera de dos pequeños, de cinco y siete años y relató la dificultad de combinar ambas actividades.

“Es complicado porque el horario de trabajo es extenso, por lo regular llego entre siete y media y ocho de la mañana, pero no tenemos hora de salida. Te puedes ir temprano a eso de las ocho o a veces hasta medianoche. Lo bueno es que tengo apoyo de mi mamá, ella cuida a mis pequeños y por la noche es cuando los veo”.

Temprano acude a diferentes escuelas a dar pláticas sobre prevención del delito y en las tardes su área se encarga de apoyar en cualquier operativo o situación en la que sean requeridos.


POLICÍA Y MADRE, DOBLE DESAFÍO
Un día normal de los pequeños comienza cuando su abuela los lleva a la escuela, para ese entonces, su mamá ya tiene unas horas trabajando.

“En la mañana van a la escuela, los recoge mi mamá y ella es quien les ayuda a las tareas y les da de comer. Por cuestión de horarios me ayuda”.

Entre carcajadas, asegura que “hasta ahorita no se ha quejado” porque son sus nietos y los quiere mucho y reconoce todo el apoyo de su mamá porque es muy importante para que ella pueda continuar con su labor.

Lo más difícil de ser policía es que no está con sus hijos el tiempo que ella quisiera y, aunado a eso, es un empleo riesgoso en el que se desconoce su futuro y todo podría cambiar con un simple pestañeo.

“NO SABES SI VAS A REGRESAR”

“Es complicado no poder convivir con ellos el tiempo que quisiera, aparte un día sales y no sabes si vas a regresar, eso es lo más difícil. Aún no es tiempo de platicar con ellos sobre eso y no sé cómo enfrentaría esa plática, pero tendrá que pasar”.

Ama ser policía porque le gusta ayudar a la gente y aunque su mamá nunca estuvo de acuerdo en que ella se dedicara a eso debió resignarse.

“En un inicio a mi mamá no le agradaba mucho la idea de ser policía, porque sabe el riesgo del trabajo, ahorita ya está más tranquila, lo que le preocupa son los niños, que yo ya no pueda regresar”.

Añora los días de descanso porque es cuando puede ir con sus hijos al parque o al cine, esos momentos son los que debe aprovechar para convivir con ellos.

DEJARÍA QUE SUS HIJOS SEAN POLICÍAS 
Se siente feliz con sus hijos que gustan de usar sus uniformes y decir que son policías. Sin dudarlo, Esperanza asegura que los dejaría ser policías cuando crezcan, pero será el tiempo el que decida a qué se dedicarán los pequeños.

“Son mucho de ponerse mi uniforme, me piden el cinturón, la placa y se los ponen, se ven muy entusiasmados, parece que les gusta y les llama la atención. Por supuesto que me gustaría que fueran policías, pero hay que ver qué pasa mientras crecen, yo estaría encantada”.

El día laboral de Esperanza nunca tiene una hora de salida pero siempre aguarda impaciente el momento en que podrá llegar a su casa a ver a sus pequeñines que la esperan diariamente para que, como toda madre, los llene de amor y cariño.

“De ser policía me gusta mucho cuando apoyas y se te acercan a agradecerte por lo que hiciste, de ser mamá lo mejor es el amor de los hijos”.

Escrito en Hidalgo el