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Viven día triste en el Miraflores

Representa una fecha de luto para las religiosas del Colegio que recibió al Sumo Pontífice hace casi un año.

Escrito en Irapuato el

El último día del Pontificado de Su Santidad Benedicto XVI representa una fecha de luto para las religiosas del Colegio Miraflores que hace casi un año lo atendieron en su visita a León.

De acuerdo con su titular, Sor María Rocío García, desde la fecha en que el Sumo Pontífice anunció su renuncia,se han realizado oraciones diarias con los pequeños del plantel.

“Sí se siente el vacío, como cristianos sí se siente el vacío”, platicó la directora del plantel y cabeza de la Congregación Esclavas de la Santísima Eucaristía.

Las oraciones se han ofrecido a dos causas, la primera, pedirle a Dios que Benedicto XVI tenga un retiro en paz y la segunda que el Cónclave sea iluminado para tomar la mejor decisión a la hora de nombrar al próximo jefe del Vaticano.

“La oración de los niños Dios la acoge con especial cariño, hemos rezado por su Santidad y por el Cónclave, por los Cardenales que se van a reunir para que el Espíritu Santo los ilumine, pero que se dejen guiar por esa iluminación y salga el Papa que la Iglesia necesita hoy día”, compartió.

El Papa que continúe la labor de Su Santidad, cuenta con otro fuerte antecesor, Juan Pablo II.

Sor María Rocío reconoció la manera en que el Sumo Pontífice enfrentó los temas delicados a los que se enfrentó la Iglesia mientras él la encabezó.

“Le ha tocado a su Santidad Benedicto XVI tomar las riendas y poner las cosas en sus sitios, en temas muy delicados y muy serios”, sostuvo la directora de Miraflores.

La nueva figura Papal debe tener un perfil de un hombre de intensa oración, de mucha fe y de un corazón inmenso, consideró la titular del colegio.

“Su Santidad Juan Pablo II, carismático 100%, entregó su vida hasta el final, Benedicto XVI un santo, un teólogo, un gran Papa también”, aseguró.

La religiosa destacó la humildad que mostró el Papa al ofrecerse a colaborar con el nuevo Sumo Pontífice y recordó la admiración que le causó su personalidad en su visita a León.

“Es un Papa encantador, como lo hemos conocido tan de cerca, es un Papa sencillo, humilde, cariñoso”.

Reforzó el consejo que Benedicto XVI emitió en su último día como Papa, al pedirle a los católicos tener a Dios en el centro de sus vidas.

“Con una vida cristiana profunda, la vida, toda nuestra vida, podrá servir”, concluyó.

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