Dañaron decenas de viviendas en el valle del Swat, en el noroeste de Pakistán.
El mes pasado las lluvias mozónicas dejaron al menos 47 muertos.
Desde junio, al inicio de la temporada del monzón, al menos 176 personas murieron en el país.

Peshawar, Pakistán.- Las repentinas inundaciones causadas por las fuertes precipitaciones dejaron 15 muertos y dañaron decenas de viviendas en el valle del Swat, en el noroeste de Pakistán, dijo un vocero este miércoles, mientras los rescatistas seguían ayudado a residentes en la ciudad portuaria de Karachi, donde las lluvias de la semana pasada causaron el caos y mataron a docenas.

Las últimas víctimas mortales por las inundaciones se reportaron en la región de Swat, un popular destino turístico donde los deslaves ocurridos durante la noche bloquearon una crucial carretera de montaña, dejando varados a docenas de visitantes que estaban siendo evacuados, explicó Taimur Khan, portavoz de una agencia de gestión de desastres en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa.

Azotaron las fuertes lluvias monzónicas partes de Pakistán el mes pasado, causando inundaciones repentinas en la capital financiera del país, Karachi, y en otras zonas de la provincia sureña de Sindh, y cobrándose la vida de al menos 47 personas. Desde junio, cuando comenzó la temporada del monzón en Pakistán, al menos 176 personas murieron en todo el país, según la agencia nacional de gestión de desastres.

Inundaciones duran días

Muchos vecindarios de Karachi quedaron anegados la semana pasada y todavía se está retirando el agua de las calles.

Está previsto que el primer ministro de Pakistán, Imran Khan, visite Karachi para reunirse con residentes y recibir información sobre los daños causados por el monzón, que coincidió con los intentos de las autoridades por controlar la pandemia del coronavirus, que ha contagiado a más de 296,000 personas, con 6,318 muertos, desde febrero.

Reportó Pakistán este miércoles 18 nuevos decesos a causa del Covid-19, la enfermedad causada por el virus.

Muchas ciudades paquistaníes cada año tienen problemas para enfrentar las consecuencias de la temporada del monzón, que va de julio a septiembre, lo que provoca críticas por la mala planificación.