Gemile Andonie Saadeh de Abugaber: legado de amor, alegría y generosidad
Como una mujer excepcional que solo tenía amor para dar, así es como Gemile Andonie Saadeh de Abugaber será recordada en su paso por esta vida
León, Guanajuato. Rodeada del amor y la unidad de sus descendientes, Gemile Andonie Saadeh de Abugaber falleció a los 81 años el 2 de diciembre.
Siempre alegre, jovial, con una sonrisa que iluminaba cualquier lugar donde se encontraba, bondadosa, generosa, alegre, carismática y cariñosa con todas las personas, son las características con las que sus familiares y amigos describen a esta mujer que formó a una familia donde predomina el amor y la unidad.
Se fue en paz, contenta y rodeada de todos sus hijos, con quienes celebró previamente la Navidad, una de las festividades más importantes para su familia y de las que más le hacían ilusión cada año.
Sus papás Jorge Andonie Casis y Victoria Saadeh Musalem, de origen palestino, la trajeron a este mundo el 26 de septiembre de 1940, en una familia conformada por 10 hermanos: seis mujeres y cuatro hombres.
Migraron a Honduras y cuando apenas tenía 10 años llegó a León junto a tres de sus hermanas para estudiar con las madres del Instituto América, pues su papá siempre procuró que tuvieran una buena educación.
Esa época de estudiante fue de las más felices de su vida, pues aprendió a tocar piano, estaba en la escolta, fue integrante de la banda de guerra y capitana de equipos deportivos.
Años más tarde, su familia también llega a México, para establecerse en el entonces Distrito Federal, siempre manteniendo una estrecha relación con la comunidad árabe en el país, lo que le permitió conocer a José Abugaber Sara (f), quien se convirtió en su esposo cuando ella cumplió la mayoría de edad.
Un hombre detallista, amoroso y trabajador, quien ya tenía sus empresas establecidas en León, donde comenzaron a formar su propia familia.
Fruto de su amor nacieron sus seis hijos, sumando también a su familia a yernos y nueras quienes ocuparon siempre un lugar especial en su vida y corazón: Rosy y Pedro, Chuy y Bety, Gemile y Miguel, Pepe y Sandra, Katy, Jorge y Vicky; una descendencia educada en el catolicismo por sus raíces en Belén, lugar donde nacieron sus padres y esposo.
Gemile dedicó su vida a su familia, tuvo la mención honorífica otorgada por sus seres queridos como la mejor hija, esposa, mamá, abuela y amiga.
Siempre fue bonita y vanidosa, cuidaba cada detalle de su maquillaje, peinado y atuendo hasta el último momento.
En septiembre del 2011, el amor de su vida partió de este mundo, un acontecimiento que le causó una tristeza profunda, pero siempre se mostró luchadora para salir adelante y continuar con el legado de amor que junto a él habían iniciado como familia.
Siguió con la tradición de viajar cada año a un crucero con toda la familia, cantando y escuchando música todo el día, le gustaba ir de compras porque llenaba de detalles a sus seres queridos, pero en sus días siempre había tiempo para rezar el rosario.
Junto a su esposo también dio ejemplo a sus hijos de generosidad y solidaridad apoyando a diferentes causas sociales, un legado que ella también continuó cuando él falleció y del que ahora sus hijos tomarán la batuta.
Le encantaba cocinar, especialmente los platillos árabes con los que también decía "Te amo" como el pay de dátil con nuez, dulces árabes, marmahón y hoja de parra.
Le sobreviven 13 nietos y cinco bisnietos quienes también llevan sus enseñanzas de amor y unidad, misión que logró cumplir en sus 81 años de vida, siempre asistida y acompañada espiritualmente por sacerdotes de la ciudad como monseñor Fidel Hernández, Patrick O"Connell LC y el arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras.
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