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Porque lo digo yo

Una por una, las decisiones autoritarias del Presidente rompen el futuro democrático del país.

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Porque lo digo yo

Una por una, las decisiones autoritarias del Presidente rompen el futuro democrático del país. Apenas ayer se informaba que a una minera en Mulegé, Baja California Sur,  no  le renovarán el permiso de explotación porque así lo decidió López Obrador, según una nota del periódico Reforma. 

Más de mil trabajadores perderán su empleo, dejarán de extraer cobre y el país dejará de recibir buena cantidad de impuestos. Es una decisión de perder-perder como muchas otras. Si la empresa deja de operar tendrían que expropiar sus activos y entregarla a otra entidad. Eso crearía un desencuentro dentro del T-MEC porque los dueños son extranjeros. 

Retrocedemos cuando el diseño económico del país es de ocurrencia, cuando la economía se maneja desde Palacio. Decisiones sin sustento, sin estudios técnicos o económicos desaniman la inversión. Sólo priva el capricho de un mandatario que obra más por prejuicios ideológicos que por visión de estadista. "Porque lo digo yo", es una frase que escuchamos desde niños en un modelo autoritario ya rebasado en cualquier país desarrollado.

Tomemos el ejemplo de Cuba. Durante casi seis décadas o dos generaciones, todas las decisiones las tomó Fidel Castro, en una dictadura que nunca resolvió el presente y menos el futuro de la isla. Hoy vive una crisis económica con hambre y desesperanza. La pandemia borró los pocos ingresos turísticos. Su dependencia del petróleo venezolano los regresó a una realidad de bajísima productividad. Raúl Castro, el anciano que heredó el Partido Comunista tras la muerte de Fidel, será pronto nonagenario.

En La Habana se habla de un cambio de modelo económico ante la pobreza y la falta de una salida con el modelo actual. Ven a Vietnam como ejemplo. Pero esa nación asiática cambió el control central de su gobierno por una economía abierta. Vietnam es más neoliberal que cualquier economía latinoamericana y su "Partido Comunista", está ahí para fortalecer los mercados, estimular los negocios y la inversión extranjera, venga de donde venga. Tal vez en Cuba entiendan que sería un éxito seguir ese modelo que sacó de la pobreza al país que renegaba del capitalismo.

Otro modelo hundido es el de Venezuela, por la misma razón del autoritarismo dictatorial. La nación más rica del mundo en hidrocarburos vive en la miseria porque así lo dijo Hugo Chávez y así lo dice Nicolás Maduro. Recordamos al dictador gritando a los cielos "expropiese" a todo lo que veía a su paso, con las consecuencias de la mayor pobreza después de Haití.

La pregunta que nos llena de inquietud es ¿cuánto tiempo resistirá México un gobierno autoritario, unipersonal y de ocurrencias? La última broma fue tratar de ampliar dos años el periodo del presidente de la Suprema Corte de Justicia. Algo que va en contra de la Constitución. Algo que seguramente no sucederá pero que distrae la atención de los problemas importantes del momento: salud pública, economía, seguridad y elecciones.

A veces creo que leyes como la que aprobó el Senado a partir de una propuesta del Partido Verde no son más que fuegos de distracción. También pueden ser pruebas anticipadas de lo que sería una extensión de mandato presidencial. O pelotas que lanzan desde el Senado para que los adversarios caigan en la trampa y vayan tras ellas. Porque así fue, todos los editorialistas, todos los comentaristas repiten la inconstitucionalidad del alargamiento. Están distraídos con eso.

El problema para quien decide autocráticamente siempre es la realidad. No se puede decretar que sea de día, en medio de la noche. Aunque la mitad lo crea. 

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