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La generación de la Ignominia

Yo, tú, él, nosotros, la inmensa mayoría de los mexicanos seremos responsables de la instalación de una nueva dictadura en nuestro país.

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La generación de la Ignominia

Yo, tú, él, nosotros, la inmensa mayoría de los mexicanos seremos responsables de la instalación de una nueva dictadura en nuestro país. Tal vez, para algunos lectores, semejante afirmación podría parecer ingrávida y precipitada, sin embargo, bien vale la pena tratar de fundarla y motivarla de acuerdo a las alarmantes decisiones tomadas desde la presidencia de la República que curiosamente no parecen afectar los niveles de popularidad de López Obrador.

No pretendo fundar mis argumentos relativos a la instalación de una nueva tiranía solo a la luz de la aberrante iniciativa del senado, abiertamente opuesta a lo establecido por el artículo 97 de nuestra Carta Magna, para extender la estancia de Arturo Zaldívar como Presidente de la Corte, por más que existan antecedentes de entreguismo de éste al Poder Ejecutivo y sospechas respecto a su futura actuación, no, el objetivo de estas breves líneas consiste en recordar una serie de hechos necesarios para concluir que México, de nueva cuenta, podría volver a ser el país de un solo hombre con todas las consecuencias que constan en nuestra dolorida historia. ¿No tenemos memoria?

¿AMLO no impuso al Poder Legislativo sus instrucciones al ordenar públicamente que no se cambiará "ni una coma" de su iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, aun cuando dicho ordenamiento es contrario al T-MEC? ¿Cómo se debe etiquetar a un Jefe de Estado que violenta y domina con arreglo a amenazas a otro de los poderes de la Unión? ¿No se ha filtrado la idea de modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial para nombrar a 8 ministros sumisos al presidente para cambiar el balance de votos en la Corte si no se respetan sus deseos? Justo es reconocer que en los últimos años de la llamada "Dictadura Perfecta" fueron creadas instituciones republicanas como el INEGI, en 1983, el TRIFE ,en 1987, el IFE en 1990, la CNDH en 1990, la COFECE en 1992, la CRE en 1993, el INEE en 2002, el IFT en 1996, así como la autonomía del Banco de México de 1994, organizaciones autónomas orientadas a evitar cataclismos monetarios o a garantizar la civilidad en nuestro país, o a consolidar nuestra democracia o a impulsar nuestro desarrollo económico. Pues bien, de una u otra manera, la mayoría de ellas o han sido desmanteladas o saboteadas o amenazadas por el actual Jefe de la Nación en aras de un absoluto control político.

Morena, o sea AMLO, impulsará en la Cámara de Diputados, así lo ha manifestado, un juicio político para destituir, por lo pronto, solo a dos consejeros del INE por haber anulado candidaturas electorales de su partido político. ¿Y aquello de protesto guardar y hacer guardar la Constitución.? ¿Acaso no existen evidencias de que José Luis Vargas, presidente del TEPJF, se las arregla para complacer al Primer Mandatario, quien manda investigar con la UIF o con el SAT a jueces y magistrados que, por otro lado, sentencian en contra de sus deseos políticos?

¿Y la Cédula Única de Identidad Digital para controlar a la población? ¿Y el registro de huellas dactilares, reconocimiento de rostro o de voz, datos biométricos, solo para contratar una línea de telefonía celular o sea un ciberrégimen autoritario propio de países como China y Venezuela? ¿Una facción radical de la SEP no está elaborando libros de texto para adoctrinar a 15 millones de menores de escuelas primarias, públicas y privadas, con teorías marxistas sacadas del bote de la basura?

Estamos contemplando pasivamente la instalación de una nueva dictadura, ésta vez de orientación comunista, en términos del Foro de São Paulo y la sociedad no parece responder. La respuesta la tendremos el 6 de junio, en donde nos jugaremos el todo por el todo. ¿Si AMLO pierde el control de la Cámara de Diputados volverá a mandar al diablo a las instituciones republicanas?

Una aplastante mayoría de mexicanos debemos negarnos a formar parte de la generación de la ignominia. Nos vemos en las urnas, pero no sin antes tratar de convencer personalmente, cada día, a más compatriotas de cualquier extracción social, de la importancia de votar. La realidad es incontestable. No se vale alegar ignorancia ni resignación. México está en juego.

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