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¿Quién ganó?

El Presidente de la República sabía que si en las elecciones intermedias del 6 de junio, no llegaba a contar, por lo menos, con la mayoría simple incluyendo a sus partidos satélites (otra patraña electoral) la 4T quedaría enterrada.

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¿Quién ganó?

El Presidente de la República sabía que si en las elecciones intermedias del 6 de junio, no llegaba a contar, por lo menos, con la mayoría simple incluyendo a sus partidos satélites (otra patraña electoral) la 4T quedaría enterrada, para la gran fortuna de la patria, a la mitad de su mandato, de ahí que echara mano de cualquier herramienta legal o ilegal para poder continuar con su proceso destructivo y seguir disponiendo a su antojo del presupuesto federal de egresos, no solo regalando el ahorro de los mexicanos, sino desperdiciándolo en obras suicidas como la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya y los gigantescos subsidios pagados a Pemex y a CFE para evitar que cayeran en la insolvencia y comprometieran la estabilidad financiera de su gobierno. El objetivo era y es hacerse de la mayoría calificada en la Cámara de Diputados para gobernar sin contrapesos ni limitaciones.

Una vez concluida la contienda electoral, AMLO seguirá intentando, con su conocida tenacidad, comprar un buen número de priístas dispuestos a vender su curul siempre y cuando ni la UIF ni el SAT divulguen sus "debilidades financieras", por decirlo eufemísticamente. Si el pueblo de México le otorgó a Morena un número específico de legisladores, a López Obrador dicho número le es insuficiente, al igual que le es irrelevante la decisión del electorado. Él luchará con todas las armas a su alcance para contar con la mayoría calificada, o sea el 66% de los diputados, por las buenas o por las malas.

AMLO defraudó a la nación disponiendo ilegalmente del ahorro público para comprar votos, con el pretexto bochornoso de que, según él, se trataba de programas asistenciales entregados a los sectores de escasos recursos del país. Una mentira del tamaño de las torres de la catedral metropolitana. En lugar de haber comprado vacunas para proteger a la ciudadanía de la amenaza mortal del COVID, se gastó entre 40 mil millones de pesos mensuales de impuestos pagados por los mexicanos para destinarlos a la compra de la voluntad electoral de millones de hombres y mujeres marginados. Los impuestos se recaudan para financiar los servicios públicos y no para sobornar a la nación lucrando con sus pavorosas carencias materiales.

¿Cuántos mexicanos ignorantes o necesitados o cínicos, como los Ninis, votarían a favor de Morena apercibidos que de no hacerlo AMLO perdería el control de la Cámara de Diputados y con ello sufrirían la cancelación de las ayudas. En lugar del voto libre se impuso el condicionado.

AMLO investigó e investiga a los candidatos a puestos de elección popular, a gobernadores y a diputados de diversos partidos políticos de oposición, para hurgar en las vidas de sus adversarios y tratar de encontrar "debilidades morales y éticas", necesarias para descarrilar públicamente sus carreras políticas, salvo que se sometieran sin condiciones a sus caprichos.

Si AMLO compró voluntades electorales, violó las vedas  establecidas en la Constitución, utilizó las granjas de bots y las redes sociales, investigó a gobernadores salientes y entrantes, a diputados y los amenazó con la UIF, el SAT y la FGR para someterlos a sus designios y así se torcieron las elecciones al estar condicionado el voto, mismo que debería ser libre, entonces faltaría un último renglón de análisis: el papel de narco en la contienda. En este sentido, son notables los casos de candidatos y sus familias amenazadas por el hampa si no abortaban sus candidaturas, pero también es sabido de cuantiosos casos, en donde el hampa llegó a las casillas electorales y se llevó las urnas, las boletas y las actas. ¡Por supuesto que ningún abogado se atrevió a demandar la nulidad de las elecciones! ¿Quién se la iba a jugar?

Si AMLO no hubiera intervenido en sus conferencias mañaneras ni en sus giras amañadas por la República durante la veda electoral ni hubiera recurrido a la UIF, al SAT y a la FGR y, por el otro lado, el hampa no hubiera participado amenazando a los candidatos ni robándose las urnas, ¿quién hubiera ganado? ¿Con cuántos votos libres y legítimos se hubiera quedado Morena? Nunca sabremos quién ganó, pero sí sabemos que perdió la democracia mexicana.

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