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Ivermectina ¿Josef Mengele a la vista?

Josef Mengele (el Ángel de la Muerte) fue un oficial médico alemán conocido por sus actos en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz, donde realizó experimentos mortales con prisioneros.

Escrito en Opinión el

Josef Mengele (el Ángel de la Muerte) fue un oficial médico alemán conocido por sus actos en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz, donde realizó experimentos mortales con prisioneros. Toda proporción guardada, la pregunta a resolver es si José Merino, "investigador principal" y coautores , realizaron experimentos al estilo Josef Mengele, en miles de seres humanos de la ciudad de México no autorizados a la luz de la ciencia y la ley en nuestro país. La conclusión anticipada es contundente: Si lo hicieron, fue un error monumental, de escándalo mundial, que fue replicado en otras instituciones de salud de nuestro país con un millón 987 mil 802 dosis compradas y los responsables deben asumir las consecuencias.

Lo hecho en la Ciudad de México salió a la luz al haber publicado José Merino, Eduardo Clark, Lila Petersen y Saúl Caballero (ninguno médico) de la Agencia Digital para la Innovación Pública, el Dr. Víctor Hugo Borja del IMSS, Oliva López y José Alfredo Ochoa de la Secretaria de Salud de la Ciudad de México el artículo "Ivermectin and the odds of hospitalization due to COVID-19: evidence from a quasi-experimental analysis based on a public intervention in Mexico City" denunciado primero como un engaño y luego retirado del repositorio mundial, pero localizable aún en el mundo digital,. 

El artículo relata la investigación "cuasi experimental" de la intervención a nivel poblacional en la ciudad gobernada por Claudia Sheinbaum de Morena para medir el efecto en las hospitalizaciones de la entrega de un "Kit Médico" basado en la Ivermectina durante la pandemia COVID-19 y concluyeron que hubo una reducción significativa entre los pacientes que recibieron el Kit y enviados a su casa contra aquellos que no lo recibieron llamados "controles".

Mucho hay que comentar de la investigación "cuasi-experimental", pero solo abordaré en esta columna la utilización de la "droga Ivermectina" y los hechos comprobables por cualquier persona.

1. La Ley General de Salud señala que la investigación en seres humanos deberá adaptarse a los principios científicos y éticos que justifican la investigación médica, especialmente en lo que se refiere a su posible contribución a la solución de problemas de salud y al desarrollo de nuevos campos de la ciencia médica. Que quien realice investigación en seres humanos en contravención a lo dispuesto en esta Ley y demás disposiciones aplicables, se hará acreedor de las sanciones correspondientes.

2. Se prevé que la Secretaría de Salud podrá autorizar con fines preventivos, terapéuticos, rehabilitatorios o de investigación, el empleo en seres humanos de medicamentos o materiales respecto de los cuales aún no se tenga evidencia científica suficiente de su eficacia terapéutica o se pretenda la modificación de las indicaciones terapéuticas de productos ya conocidos y señala los requisitos que se deben cumplir.

3. La Ivermectina es una droga autorizada en México por la COFEPRIS y presente en el Compendio Nacional de Insumos para la Salud (antes cuadro básico de medicamentos) para infecciones por parásitos, infestación de piojos de la cabeza o del pubis y la sarna.

4. No fue solicitada por José Merino y por tanto, tampoco autorizada por la Secretaria de Salud ni la COFEPRIS, la modificación de la indicación terapéutica de la Ivermectina para tratar la COVID-19. Así pues, los miles de pacientes a quienes se las dieron fueron realmente "conejillos de indias" al darles una droga que no había sido probada su eficacia ni seguridad por un lado, y sin haber sido protegidos como lo marca la ley al decir que Es responsabilidad de la institución de atención a la salud proporcionar atención médica al sujeto que sufra algún daño, si estuviere relacionado directamente con la investigación, sin perjuicio de la indemnización que legalmente corresponda". 

5. En el artículo no cita la responsabilidad de los coautores como no médicos como José Merino en la "innovación cuasi-experimental", ni tampoco si fue aprobado por algún comité de ética o de investigación de alguna institución. Otro grave error al investigar seres humanos, pues incluso los "resultados obtenidos" no pueden ser extrapolados y mucho menos "recomendados" como lo hacen en sus conclusiones.

6. En la base de datos de ensayos clínicos para investigar la COVID-19 reconocida por la OMS  (https://clinicaltrials.gov/) solo hay cuatro estudios de investigación sobre ivermectina en México. Habría que ver si la COFEPRIS autorizó su utilización. Uno en el Hospital Centenario Miguel Hidalgo de Aguascalientes (NCT04391127); otro en el centro Investigacion Biomédica para el Desarrollo de Fármacos S.A. de C.V. en Jalisco (NCT04407507); otro en el IMSS (NCT04673214) con Gilberto Cruz Arteaga, coordinador de investigación en salud iniciado en diciembre del 2020 y que por cierto, no aparece en el multicitado artículo; y por último uno en el ISSSTE (NCT04399746) que debió ser concluido en mayo de 2020. No hay resultados publicados al momento de escribir esta columna.

7. El Cuasi experimento de José Merino cundió como pólvora, pues al pedirle a INEFAM realizará la investigación de compras de Ivermectina resultó que el IMSS compró 1 millón 174 mil tratamientos; la CDMX 359 mil; el INSABI (Chiapas y Sonora) 233 mil y la SEDENA 32 mil. A menos que hubiera habido una epidemia de Sarna o de Piojos no conocida, fueron utilizados para tratar COVID-19 sin permiso de la autoridad, gastando 177 millones de pesos en su adquisición.

Concluyo que fue un error momumental, que los responsables deben ser castigados, separados de sus cargos y que el daño al erario por comprar medicamentos no autorizados debe ser recuperado. A los pacientes que lo tomaron les digo deben estar tranquilos, que los efectos indeseables por fortuna son muy pocos y no graves según la literatura existente. Ya se están haciendo las denuncias correspondientes. Ojalá el gobierno de la cuarta trastornación (sic) si aplique la Ley.

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