Buscar

Hepatitis, asesina silenciosa

La hepatitis tiene como síntomas fiebre, náuseas, vómitos, dolor abdominal, erupciones cutáneas, pérdida de apetito e ictericia (color amarillento de la piel). Puede ser asesina silenciosa pues a veces la enfermedad no presenta síntomas hasta varios años posteriores a la infección.

Escrito en Opinión el
Hepatitis, asesina silenciosa

La Asamblea Mundial de la Salud de 2010 resolvió que el 28 de julio o la fecha que cada Estado miembro decidiera, fuera designado Día Mundial contra la Hepatitis, como oportunidad para educar al respecto y lograr que se comprenda mejor el problema de salud pública mundial que suponen las hepatitis virales, así como para estimular el fortalecimiento de las medidas preventivas y de control de esas enfermedades con miras a su eliminación en 2030.

El lema elegido para concienciar es “No puedo esperar”, uniéndose a su difusión redes internacionales de organizaciones que trabajan en más de 200 países como la https://www.worldhepatitisalliance.org y la https://www.unitenetwork.org/ de la cual formo parte como parlamentario.

La hepatitis tiene como síntomas fiebre, náuseas, vómitos, dolor abdominal, erupciones cutáneas, pérdida de apetito e ictericia (color amarillento de la piel). Puede ser asesina silenciosa pues a veces la enfermedad no presenta síntomas hasta varios años posteriores a la infección, pero para entonces el hígado puede estar severamente dañado. 

Cuando evoluciona a hepatitis crónica puede provocar síntomas de sus complicaciones como cirrosis (cicatrización del hígado), insuficiencia hepática y cáncer de hígado. Por fortuna, el diagnóstico y el tratamiento temprano de la hepatitis crónica pueden prevenir estas complicaciones.

La hepatitis A es transmitida por alimentos, agua contaminada, falta de higiene o el contacto directo con una persona infectada. Es una infección aguda y se autolimita en la mayoría de los casos. La higiene e ingerir agua y alimentos de buena calidad evitan esta enfermedad. Además hay una vacuna altamente efectiva disponible a nivel internacional, y la mayoría de los mexicanos ya tenemos anticuerpos contra este virus.

La hepatitis B es transmitida a través de la sangre, por vía sexual o durante el parto de madre a hijo. En muchos casos los pacientes no presentan síntomas agudos y evolucionan a una hepatitis crónica. Hay una vacuna con eficacia superior al 95% si se aplica el esquema completo al nacimiento, un mes y seis meses después. El Dr. Jesús Kumate la introdujo en el esquema mexicano. Estimados lectores, verifique que usted, sus hijos o nietos tengan el esquema completo, pues si no son vacunados al nacimiento quedan expuestas en la adolescencia o adultez joven a la transmisión sexual del virus. Si no han sido vacunados, por favor, “no puede esperar” y vacúnese. Ojo: 7 de cada 10 que padecen hepatitis B no lo saben y pueden desarrollar cirrosis, cáncer hepático o insuficiencia hepática que pueden provocar la muerte.

La hepatitis C se transmite por sangre, jeringas contaminadas o por vía sexual y los  síntomas aparecen entre las dos semanas y los dos meses posteriores de contraer la enfermedad, aunque el 80% de los casos son asintomáticos -silenciosos- y evolucionan a formas crónicas. No hay vacuna, pero por fortuna es la única infección viral que tiene cura con tres meses de tratamiento que está disponible en México en el fondo de Gastos Catastróficos hoy Fonsabi. 

Además hay pruebas existentes para investigar si se padece la enfermedad, sobre todo en pacientes en hemodiálisis, con VIH/SIDA y en sujetos en situación carcelaria por el uso previo o actual de drogas intravenosas. Se debe reconocer a dos mexicanos líderes mundiales, el Dr. Enrique Wolpert y el Dr. David Kershenobich, quienes pusieron a México al frente en la lucha por erradicar la hepatitis hacia el 2030.

Hace cinco años se trazó una estrategia mundial hacia el 2030 para lograr una reducción del 90% de nuevas infecciones (de 10 millones a 900 mil infecciones); disminuir 65% la mortalidad por hepatitis virales (de 1.4 millones a debajo de 500 mil); tratar al menos al 80% de quienes la padecen, y concientizar al 90% de la población sobre las hepatitis virales. México se comprometió a realizar el mayor esfuerzo para lograrlo.

Con el liderazgo del Dr. Wolpert y el Dr. Kershenobich se desarrolló además de mucha investigación nacional, el Plan Nacional de Prevención y Control de la Hepatitis C, estableciendo acciones prioritarias para detectar, tratar y dar seguimiento a los pacientes con hepatitis C en nuestro país.

La hepatitis D se transmite por sangre o vía sexual y se contrae solo si el paciente previamente se ha contagiado de hepatitis B. Por tanto, se previene si se está vacunado contra la hepatitis B.

Por último, la hepatitis E se contagia por medio de los alimentos, del agua contaminada y por falta de higiene. Por fortuna -dado que no hay vacuna- la infección aguda se autolimita.

“No podemos esperar” para prevenir, diagnosticar y tratar a tiempo la hepatitis. Usted, estimado lector, es el actor principal.

 

 

 

MTOP

 

Escrito en Opinión el

Opinión en tu buzón

Deja tu correo y recibe gratis las columnas editoriales de AM, de lunes a domingo

Opini�n