Días macabros, días de muertos.- Lourdes Casares de Félix
Si bien su origen estaba asociado a una celebración .
El culto al Día de Muertos en México ha cambiado a lo largo de los años. Si bien su origen estaba asociado a una celebración religiosa conservadora, a la mitad del siglo XIX se dieron transformaciones cuando el gobierno prohíbe los enterramientos en las iglesias como medida higiénica ante posibles epidemias. Es así que la Iglesia pierde jurisdicción sobre las celebraciones dando lugar a que la sociedad dispusiera de nuevas formas de realizar las fiestas según las necesidades de cada sector social.
Posteriormente, en la época post-revolucionaria, las fiestas del 1 y 2 de noviembre sufren una transición con el fin de quitarle poder a la Iglesia Católica y ligarla a la ideología nacionalista que permeaba en ese entonces, convirtiendo el evento en uno laico que destacara más la muerte de lo santo. Intelectuales socialistas como Diego Rivera, Frida Kahlo, Octavio Paz, José Clemente Orozco y más adelante José Guadalupe Posada, influyeron en su desacralización haciendo de las fiestas una diversión manifiesta en los desfiles que se convierten en verdaderos espectáculos como el ya famoso de CDMX y el de las catrinas de San Miguel Allende.
La promoción turística ha utilizado estas fiestas presumiéndolas como eventos folclóricos que se amenizan con música, papel picado y flores. La afamada película “Coco” del director Guillermo del Toro aviva la creencia de que las almas de los muertos regresan a la tierra para convivir con sus familias a departir los alimentos y ofrendas que les preparan, resaltando el ambiente respetuoso que debe existir hacia la memoria de quienes ya se nos adelantaron.
En estos días pasados se soltaron los demonios, brujas y espíritus malignos, personajes del Halloween (víspera de todos los santos) que celebran los estadounidenses y países sajones, llenando de terror, miedo y estupefacción a los habitantes de distintos lares de la República. Cercana la fecha al Día de Muertos se ha desatado un macabro Halloween semejante a las escenas escalofriantes de las películas hollywoodenses. México ha tenido varios sucesos recientes que han llenado su suelo de sangre con muestras de una deshumanización atemorizante. El cobarde asesinato del sacerdote de San Cristóbal de las Casas en Chiapas, la explosión de dos autos bomba en Guanajuato que dejaron tres policías lesionados, daños materiales y habitantes aterrorizados, los muertos y violencia en Sinaloa, el conductor de una camioneta que embistió a una multitud afuera de la catedral de Guadalajara dejando heridas a 16 personas que habían participado en la marcha “Por la Mujer y la Vida”. Y lo más triste, la actitud de las diputadas de Morena que piden despenalización del aborto hasta los nueve meses, permitiendo así el asesinato de un bebé minutos antes de nacer. Asesinar al ser más vulnerable incapaz de defenderse es lo más vil y despiadado.
Así como se ha ido perdiendo el duelo y la tristeza en el Día de los difuntos, se ha ido perdiendo la dignidad, la sensibilidad y la humanidad. Reflexionemos sobre qué está sucediendo con nuestro México y trabajemos en la hermandad y solidaridad que nos ha caracterizado. Celebremos a los difuntos honrándolos y valoremos más la vida de nuestros semejantes.
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