Dónde está mi jersey islandés de Stig Dagerman.- Jaime Panqueva
El 2023 se celebraron cien años del nacimiento del niño prodigio de las letras escandinavas. Este año se conmemorarán setenta de su suicidio.
El 2023 se celebraron cien años del nacimiento del niño prodigio de las letras escandinavas. Este año se conmemorarán setenta de su suicidio. En su segundo intento, ya lo había probado en 1953, el 4 de noviembre de 1954, Stig Dagerman se encerró en su garaje y puso en marcha su motor de su coche hasta asfixiarse. Con 31 años según su amiga y editora Federica Montseny: “Stig sintió que su genio no le daba la inspiración necesaria para crear otra obra maestra. Absoluto también en esto, no aceptaba lo que, sin embargo, se ha producido en todo los escritores. Unos cuantos libros fundamentales… y luego una multitud de operas minores que acompañan generalmente a la obra maestra”.
Con su primera novela, La serpiente, publicada a los 20 años, Dagerman ingresó por la puerta grande en el panorama literario sueco. A esta siguieron tres novelas más, piezas de teatro, crónicas y reportajes que se publicaron entre 1945 y 1949, entre ellos obras maestras como: Otoño alemán, Gato escaldado o La isla de los condenados. Su crisis personal y literaria comienza a manifestarse en 1950. Montseny lo considera símbolo mismo del drama espiritual de la juventud de los años 40, herida de muerte moral, de muerte íntima, por las aberraciones y los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Lo describe despiadadamente: “Stig, aparte de su genio y quizá a causa de su genio, era un hombre absolutamente incapaz de luchar con la vida, por la vida y en la vida. Era más inútil y más indefenso que un niño”.
Dos años antes de suicidio, Dagerman publica un artículo profundo con un nombre fabuloso: Nuestra necesidad de consuelo es infinita, donde delinea ya la idea del suicidio y su desesperación por no poder crear algo que esté a la altura de sus expectativas. “La depresión es una muñeca rusa y en la séptima muñeca hay un cuchillo, una hoja de afeitar, un veneno, unas aguas profundas y un salto al vacío”.
Knut Lindqvist, protagonista de su cuento Dónde está mi jersey islandés, se encuentra sumido en una crisis personal que se manifiesta nuevamente cuando regresa a su pueblo para enterrar a su padre. La condena de sus hermanos por su alcoholismo, manifiesto en el entierro de la madre dos años atrás, no es óbice para que Knut sucumba nuevamente ante la bebida en la víspera del entierro y nos muestra a un hombre desesperado y solitario cuyo único consuelo consiste en recordar la prenda que lo vinculaba con el único hombre que lo comprendió y cuyo cuerpo despedirá al día siguiente. Los ecos del Mientras agonizo de Faulkner, se manifiestan en el flujo mental de Knut, quien narra en tiempo presente sus desencuentros familiares y su borrachera tan lúcida en los análisis como vergonzosa en sus acciones. Un buen bocado para entrar en el nihilismo angustioso de Dagerman.
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