Historias de Navidad.- Lourdes Casares de Félix
La biblioteca Chandler´s Ford en el Condado de Hampshire Inglaterra juega un papel muy importante en beneficio de la comunidad.
La biblioteca Chandler´s Ford en el Condado de Hampshire Inglaterra juega un papel muy importante en beneficio de la comunidad. No solo es un centro para encontrar un buen libro sino también para conocer amigos en las distintas actividades que ahà se llevan a cabo para procurando la cohesión social. Entre las acciones recientes que realizaron fue la de contactar a un jardÃn de niños, preguntaron a la directora si estarÃan interesados en participar en un programa llamado Embracing Age (Abrazando la Edad), que consistÃa en elaborar tarjetas navideñas para las personas que se encuentran en casas de cuidado para adultos mayores que están solos y no recibirÃan ningún saludo navideño. En seguida aceptaron y no sólo los niños y niñas dibujaron tarjetas con monos de nieve, pinos con esferas, estrellas de Belén y demás, sino que hicieron bolsitas con un regalito para que los residentes tuvieran algo que abrir en Navidad.
En el jardÃn de niños se organizaron para hacer una visita a la casa de retiro y entregar personalmente los regalitos y tarjetas. Se leyeron historias, colorearon, armaron rompecabezas, y para finalizar cantaron villancicos. Fue una experiencia intergeneracional maravillosa en la que interactuaron infantes y ancianos. Fue emocionante ver la interacción del residente mayor de cien años con el más pequeño de dos añitos habiendo casi un siglo entre ambos.
Una actividad tan sencilla llevó una gran felicidad a estas personas solitarias y a los niños les dejó el aprendizaje de ser generosos y atentos con los ancianos que no tienen a nadie. Asà es como debe funcionar una comunidad solidaria: ayudarse los unos a los otros mostrando humanidad y empatÃa. Ese es el mensaje que debe vivirse en la época navideña. Esa es la enseñanza que trajo Jesús al mundo: amar al prójimo.
Esta historia me recordó cuando en la primaria de mi escuela nos informaron que tenÃamos que llevar doble lonchera, la tuya, y lo mismo para alguien más. También habÃa que llevar un juguete. Nos repartieron unos papelitos con nombres y a mà me tocó José Alberto. Ese dÃa compartirÃas tu almuerzo con el niño o niña que te tocara, platicarÃas, jugarÃas y le darÃas el juguete. Fue una experiencia inolvidable y la sonrisa y amabilidad de José Alberto se me quedó grabada. TenÃa yo nueve años y me acuerdo bajar del autobús escolar con bastante timidez con mis dos loncheras y un carrito envuelto en un papel rojo con un Santa Claus. Cuando me indicaron quien era José Alberto y vi aquella amplia sonrisa en su carita, me tranquilicé. No recuerdo lo que platicamos pero sà de las risas y buen rato que pasamos.
Años después un grupo de mamás me invitó a participar con mis hijas a visitar una casa hogar. Llevamos bocadillos, una piñata y las niñas organizaron un espectáculo con muñecos para entretener a los chiquillos.
Las temporadas navideñas se prestan para realizar actividades que sensibilicen y enseñen a los pequeños que más allá de su casa donde tienen sus necesidades satisfechas, existen personas que no tienen familia y tienen carencias.
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