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HABLANDO EN SERIO

‘Yo solo sé que no sé nada…’

La plática del experto en economía, Sergio Negrete, con Pascal Beltrán del Río en su programa de radio, versó sobre el “error” de Trump al pretender poner aranceles a los autos importados... 

Escrito en Opinión el
‘Yo solo sé que no sé nada…’

La plática del experto en economía, Sergio Negrete, con Pascal Beltrán del Río en su programa de radio, versó sobre el “error” de Trump al pretender poner aranceles a los autos importados... 

El argumento es que lo mejor en economía es el libre mercado y la apertura de fronteras, sin aranceles, lo que facilita el intercambio de servicios y mercancías aumentando los empleos y las economías, lo que amplía los mercados, en tanto los aranceles y las barreras lo que hacen es incrementar el costo de los productos para los consumidores, lo que reduce la demanda y los mercados e inicia guerras comerciales en perjuicio de todos, algo así como perder/perder…

Los escuché con atención, siempre hay que escuchar a quienes más saben (¿?), para aprender… Aunque tengo que reconocer que no me convencieron, no comparto en su totalidad sus puntos de vista, quizás, puedo afirmarlo, porque en economía soy un ignorante. El punto es que en mi opinión, lo que vale es el mercado, no el producto en sí, es decir, la demanda que tiene; de nada me sirve producir algo, al margen de calidad y precio, si no se vende, eso lo aprendí hace años en Michoacán con los artesanos que fabrican petates, que ya no tienen mercado. Los petates dejaron de venderse desde hace años… por ello, los artesanos que asistían a las ferias de artesanías, al margen del precio regresaban a sus casas con los mismos petates con los que habían salido… 

Si estamos de acuerdo en que el mercado manda, entonces los gringos tienen la ventaja al tener el mercado más grande del planeta, ¡que tienen que cuidar!… Con esa realidad, como el soldado chino tienen dos alternativas: 1.- Atienden su mercado con productos importados (extranjeros) o 2.- Lo atienden con productos nacionales; si lo atienden con productos importados, los empleos y las ganancias por la producción se quedan en los países de origen, es decir, fuera de USA; si lo atienden con productos nacionales, entonces, no solo las ganancias se quedan en USA (y generan impuestos), sino que adicionalmente generan empleos, lo que de manera natural produce consumidores dando más fuerza a su mercado interno, caso contrario aumentará el desempleo, menos consumidores y menos poder adquisitivo y tendrán una menor recaudación fiscal, es decir, el gobierno ofertará menos servicios y habrá una contracción de la economía con la consiguiente reducción del mercado interno de USA, lo que traerá problemas económicos, sociales y políticos.

Dicho lo anterior, no parece tan mala idea el compromiso de Trump con sus electores en detrimento de las operaciones con otras naciones; el dilema es: ¿abro mi mercado o protejo mi mercado?; para lo que habrá que tomar en cuenta: ¿cuánta de mi producción se va a mercados en el extranjero?, es decir, si cierro mi mercado o pongo aranceles, ¿qué impacto tendrá en mi economía que los demás me cierren sus mercados y me pongan aranceles?, ya que si se reducen mis exportaciones, entonces baja mi producción, pierdo empleos y recaudación fiscal y obteniendo el mismo efecto negativo que si traigo productos importados. Dicho con palitos y bolitas, si dejo de importar autos BMW´s, lo más probable es que deje de exportar autos Ford y Chevrolet… Lo que hoy les sucede con el mercado chino.

Quizás la respuesta está en un equilibrio y quizás el problema está en que, para Trump, la apertura de su mercado, el más grande, es dispareja y beneficia más a los fabricantes extranjeros que a los nacionales; más cuando las mismas empresas norteamericanas se han mudado a otros países generando un problema muy particular; en tanto los inversionistas (empresarios) de compañías gringas en el extranjero maximizan sus ganancias al aprovechar ventajas fiscales y mano de obra barata de otros países, USA y sus ciudadanos pierden, ya que al migrar las empresas se pierden empleos, las ganancias se quedan fuera y la recaudación fiscal se reduce; es decir, los empresarios ganan pero el pueblo norteamericano y el gobierno norteamericano pierden, lo que da la razón a Trump; vuelvo a explicarlo con palitos y bolitas; al fabricar coches GM en Silao, en Guanajuato, los empleos gringos migran a México, las ganancias quedan fuera del control fiscal gringo y los impuestos se quedan en dónde los “empresarios”, con estrategias contables y fiscales reciban el mayor beneficio, es decir, en dónde paguen menos impuestos.

Un elemento adicional a tomar en cuenta es; que al mudarse las empresas tecnológicas fuera de USA por las ventajas fiscales, las facilidades o la mano de obra barata, en los hechos se exporta la tecnología, lo que merma la competitividad de USA en detrimento de su propio desarrollo; caso paradigmático y ejemplo es el de los microchips, en dónde los taiwaneses tienen el sartén por el mango en cuanto a producción mundial y los holandeses el control tecnológico de las máquinas para fabricar los chips; lo que pone en riesgo la Seguridad nacional de USA que se ha vuelto dependiente en ese sector.

Conclusión, visto de forma integral, no parece ser tan mala idea la de Trump la de ofertar y presionar el regreso de empresas a USA y la instalación de nuevas empresas para generar empleo y reforzar su mercado interno; lo que impulsará el desarrollo tecnológico y generar más impuestos que se transformarán en servicios y mejor calidad de vida para la población… La clave, opino, está en cuidar el equilibrio y que no se le pase la mano a Trump y termine USA encerrado dentro de sus fronteras y enfrentado con todo el mundo… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Santiago Heyser Beltrán

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