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Alejandro Pohls Hernández

El corralito

El gobernador decidió, a toda prisa, los integrantes del próximo Comité Directivo Estatal del PAN. También todas las diputaciones locales, que debieron haber sido decididas por el albiazul, con la bendición de Libia, pero no fue así.

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El corralito

En Guanajuato, una vez más se evidencia el dedazo y la imposición en la elección del nuevo Comité Directivo Estatal del PAN. El evento está plagado de inconformidades e irregularidades, dicen connotados panistas. La militancia se queja y se siente despreciada al no ser tomada en cuenta, en un proceso que debió ser ordinario, abierto y libre.

El diputado Rolando Alcántar exhortó a que se hagan las cosas bien, señaló que, aunque ya se emitió la convocatoria para elegir a la presidencia, secretaría general e integrantes del Comité Estatal para el periodo 2024-2027, aún hay tiempo de cambiar el rumbo y ser incluyentes, integrando y consultando a la militancia y a la ciudadanía.

En medio de la controversia y la resistencia a la imposición, la alcaldesa de León alzó la voz de manera clara y valiente para cuestionar: “¿Por qué tanta prisa?”. Afirma que no es necesario apresurar el proceso de elección de la dirigencia, el cual podría realizarse hasta diciembre. “Ni siquiera hemos reflexionado hacia dónde debe ir el PAN; entonces, ningún viento será favorable. Debemos escuchar al ciudadano y a la militancia; no hay ninguna prisa por adelantar los tiempos”. También han manifestado su rechazo a la imposición los exgobernadores Miguel Márquez y Juan Carlos Romero Hicks.

Pero entonces ¿a qué se debe tanta prisa? Desde luego que no proviene de la militancia ni del partido, sino de quien lo tiene sometido. El gobernador decidió, a toda prisa, los integrantes del próximo Comité Directivo Estatal del PAN. También todas las diputaciones locales, que debieron haber sido decididas por el albiazul, con la bendición de Libia, pero no fue así. Decía el exgobernador Corrales Ayala que un gobernador debería de tener, por lo menos, tres curules: un amigo, un jurista y un tribuno.

De esta manera, Diego le construye a la próxima gobernadora un auténtico corralito. Además, en la comentocracia dan por hecho que se quedará el Secretario de Finanzas. ¿Cuánto tiempo le llevará a Libia romper con estas imposiciones y salir del corralito? El poder no se comparte, se gobierna con otros y para todos. Libia brilla con luz propia y, seguramente, una vez en funciones tomará las riendas de Guanajuato.

Al gobernador no le agradó que Xóchitl viniera a Guanajuato a decirle que dejara a Libia Dennise tomar sus propias decisiones, que le diera su espacio y su lugar, “porque las decisiones actuales no han sido bien recibidas por los guanajuatenses y podrían afectarle cuando sea gobernadora en funciones”. El deseo es la fuerza que mueve al ser humano, y cuando alguien ha experimentado el poder, es difícil resignarse a perderlo. El poder es la droga más poderosa que puede probar el ser humano, y algunos no pueden vivir sin esa adicción.

“A nivel nacional estamos perdiendo identidad y autoridad. ¿Con qué cara le reclamamos al Peje, si aquí nos da miedo vivir la democracia con elecciones abiertas y libres para elegir la dirigencia del PAN? ¿Si aquí nos están escamoteando nuestros derechos como militantes?”, cuestiona Alberto Cifuentes.

En efecto, pocos partidos parecen adscribirse a idearios y valores trascendentes de la ciudadanía. En tales circunstancias, con dobles discursos es muy difícil que puedan ofrecer una narrativa capaz de cautivar y generar lealtades sociales. Según Nietzsche, el mayor protagonista de la Historia ha sido el deseo de poder. El problema es que no todos lo soportan, y aparece el hybris, la locura de la afirmación del “yo”.

Hoy en día solo quedan recuerdos de aquel PAN de otros tiempos, con valores y mística de servicio. Algunos viven en un surrealismo político que André Breton define: “La primacía del deseo inconsciente sustentado en lo absurdo y lo irracional, sin importar la realidad externa”. El ejercicio del poder siempre cobra sus errores e incongruencias, no se ejerce impunemente; gobernar creyéndose superior al resto de los mortales es un gravísimo error que al final se paga con la Némesis, la justicia retributiva.

Todos recordarán aquellos tiempos cuando el PAN era oposición en Guanajuato, y connotados militantes y dirigentes del albiazul criticaban sin concesiones a los gobiernos priistas por la manera en que se entrometían y mandaban en el PRI. También denunciaban, horrorizados, el dedazo del gobernador y el control que ejercía sobre los tres poderes. Pero, con el tiempo, aquellas prácticas indeseables palidecen comparadas con lo que sucede en Guanajuato.

No son pocos los extravíos en las dirigencias del PAN: desde la arrogancia y la soberbia hasta la perversión de los procesos de selección de afiliación y candidatos. El amiguismo, los círculos cerrados, la nomenklatura, las continuas intromisiones del Ejecutivo en las decisiones de su partido y el quid pro quo son exigencias comunes que han alejado al PAN de su mística y, por consiguiente, de la sociedad.

Libia comienza con pie derecho haciendo política fina, procurando una relación cordial con la virtual Presidenta y ofreciendo trabajar en conjunto. Con sensibilidad, pone fin a un sexenio de política burda y afrentosa. ¡Enhorabuena por Libia y el regreso al oficio político para gobernar!

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