Durante años, México se distinguió por el respeto internacional que las naciones del planeta le tenían por su política de no intervención y el derecho a la autodeterminación de los pueblos (Doctrina Estrada)…

R- Guarraguauuu, mi Santias, qué padre tener el respeto de la comunidad internacional.

S- Tener respeto, del verbo ya no, mi Rufo. Hoy México es el hazmerreír de todas las naciones con payasadas como el exigir perdón a los españoles por la conquista, cuando en esa época España ni existía en el mapa, también por reprochar a Austria por no regresar el Penacho de Moctezuma, que por cierto es tan frágil que no aguantaría el viaje o por la incongruencia de querer incidir en la política y el gobierno de Perú, defendiendo a un pobre diablo autogolpista, Pedro Castillo, respaldado por el “presidente” (con minúsculas) de México, quién en un acto de incongruencia (uno más), en contra de sus decires respecto a profesar y defender la Doctrina Estrada de no intervención, interviene en dónde no lo llaman y se mete en asuntos que no le competen desprestigiando la política exterior mexicana y exhibiendo estulticia legal e histórica que nos pone en vergüenza.

Hoy México simplemente es ignorado y violentada su soberanía, tanto por los ecuatorianos que asaltaron la embajada Mexicana para apresar a un delincuente ecuatoriano protegido por el gobierno mexicano, como por el negado secuestro delo “Mayo” Zambada en territorio nacional por parte de los gringos, quienes, ante la complicidad y complacencia del gobierno de la 4aT con los narcos y delincuentes, en mi opinión implementaron un operativo para secuestrar al “Mayo” (gobernador plenipotenciario de Sinaloa) y llevárselo a Gringolandia para ser exprimido en sus saberes y complicidades y juzgado por envenenar a miles de gringuitos con su “mercancía”… Por cierto, no es novedad escuchar a los gringos negar sus delitos internacionales, como el realizado mediante un acto terrorista para destruir el gasoducto ruso-alemán Nord Stream; pero que le vamos a hacer, así son ellos y, vuelvo a opinar, les valió madres, no sin cierta razón, la susodicha soberanía nacional de México y la fallida política nacional de: “abrazos no balazos”.

Ahora un poco de historia, cito de www.cndh.org.mx/:

“El 27 de septiembre de 1930 fue publicada su Doctrina Estrada, de suma relevancia para la historia nacional y mundial, se trata de una declaración oficial donde sostiene el principio de que ningún Estado o gobierno requiere del reconocimiento de otras naciones para proclamar su soberanía. Esta Doctrina confirma también los derechos a la no intervención y a la autodeterminación de los pueblos. 

…Por un lado, (Estrada) se pronunció contra el colonialismo y el abuso del poder, la explotación económica y el intervencionismo de las potencias europeas y de Estados Unidos –específicamente en países de América Latina– y por otro exploró la posibilidad de vincular a México con otras naciones para generar principios y premisas compartidas sobre el ejercicio de la política exterior.

En el siglo XXI podemos decir que la Doctrina Estrada (menos en México) continúa vigente. Ha sido adoptada por más de 150 naciones, ha contribuido a que su objetivo fundamental de acabar con la práctica del reconocimiento como mecanismo de presión de los países fuertes sobre los débiles, sea aceptado y considerado a nivel internacional.”

Lo dicho, La Doctrina Estrada, que dio brillo y lustre a la política mexicana, hoy yace en el bote de basura y es usada a contentillo para justificar la inacción de YSQ cuando a su parecer, calladito se ve más bonito, como en el caso de los asesinatos y encarcelamientos y del fraude electoral del Dictador Venezolano, Nicolás Maduro, o en el de las torturas y encarcelamientos de opositores a la dictadura cubana.

Conclusión, el respeto internacional a la política y a la diplomacia mexicana, hoy se encuentra en el basurero de la historia y seguirá ahí por otros seis años, cuando menos, mediante la construcción del segundo piso de la 4aT… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Santiago Heyser Beltrán

Escritor y soñador