Nosotros, los abuelos
Y como otras festividades se trata de que la sociedad reconozca lo que nos aportan los abuelos, toda vez que los datos estadísticos del INEGI y del DIF reflejan que son un sector de la sociedad olvidado.
Escribía Catón, que "de haber sabido, cuánto se ama a los nietos, ¡primero hubiera tenido nietos!" Por eso, cuando escuchaba yo a amigos que “los nietos nos vuelven locos”, apenas entendía lo que hacen esos enanitos con nosotros: darle más sentido a vivir la última etapa de la vida; para dejarles buenas historias por las que siempre nos recuerden y tengan ellos la ilusión de vivir un futuro maravilloso. Quizá por eso o por afanes de ventas comerciales, se creó el “Día de los Abuelos o Día del Abuelo” y que es un día conmemorativo dedicado a las personas mayores dentro de la familia, y que ahora complementa al Día de la Madre y al Día del Padre. Se puede comprobar que este día se celebra solo en algunos países, con diferencias en la denominación, motivación y fecha. Se celebra en México cada 28 de agosto desde 1983 y por eso, comparto la alegría donde lo que se recibe, no son regalos, sino amor, solo amor.
Y dado que esta conmemoración nace para recordar la noble labor de crear familias y la importancia de estas figuras para con sus nietos y demás familiares, es un gran pretexto para hacernos felices a los abuelitos, pues somos (eso digo yo) la más grande influencia de los niños y jóvenes después de sus padres, e incluso podría decir que somos (o deberíamos ser) el motor de los valores en la sociedad. Antes de la formalización de esta conmemoración, ya existía la tradición de dedicar un día a los grandes del hogar. No se sabe muy bien a qué tiempo se remonta esta celebración. Hay versiones distintas sobre su posible origen, como la que se debe a la onomástica de San Agustín de Hipona, o a que el 28 de agosto fue escogido durante el gobierno de Porfirio Díaz, por coincidir precisamente con el deceso de Agustín de Hipona (en México, se considera el patrón de las personas mayores) o a que en 1957 un grupo de médicos pidió al gobierno dedicar un día del año a los abuelos. El caso es que oficialmente se estableció en nuestro País el 28 de agosto para dedicar a los adultos mayores.
Lo que es seguro es que desde el año de 1998 se instauró en nuestro país el día 28 de agosto como Día del Anciano y como sonaba muy feo, y para usar un lenguaje incluyente se le ha cambiado al de “adulto mayor” o Día Nacional de las Personas Mayores, pues esta designación incluye tanto a abuelos como abuelas, así como a todas las personas mayores que no son abuelos o abuelas. Y como otras festividades se trata de que la sociedad reconozca lo que nos aportan los abuelos, toda vez que los datos estadísticos del INEGI y del DIF reflejan que son un sector de la sociedad olvidado y que tiene una enorme vulnerabilidad por la falta de acceso al sistema de seguridad social. Los cambios demográficos, además, proyectan a México como un País de adultos viejitos pues la pirámide poblacional ha cambiado paulatinamente al perder nosotros el “bono poblacional” y tener proporcionalmente, una cantidad menor de jóvenes estudiando que los que están laborando.
Muy al estilo del gobierno y de los políticos tradicionales, se piensa que atender un problema, se logra creando más instituciones y dando más presupuesto. Lo primero, es falso, pues, aunque se trata de buenas intenciones (crear, por ejemplo, un Instituto del Adulto Mayor), al tener más plazas y más infraestructura, se refleja en mayor presupuesto, pero que pocas veces tiene como resultado una asignación directa al pueblo, a la ciudadanía, como en este caso, al adulto mayor. No hemos tenido, por ejemplo, al frente de las áreas de adulto mayor, a un adulto mayor y menos a una adulta mayor, que son al final, quienes verdaderamente sienten las necesidades. Las áreas gubernamentales deberían estar dirigidas por jóvenes; las de mujeres por mujeres, las de capacidades diferentes por quienes tienen esa carencia.
Pero como sea, festejemos a los abuelitos y en ellos, a los abuelos. Y como tres pequeños a mí me hicieron abuelo, soy feliz cuando los veo llenos de vida. Festejo, pues, junto a quienes ya son abuelos y deseo a los más, que también lo sean. Feliz día de los abuelos.
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