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Guía de lectura Nro. 562

¡Salva al gato! de Blake Snyder

La historia de la humanidad podría hilarse a través de la intensa sed de relatos que ha padecido.

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¡Salva al gato! de Blake Snyder

La historia de la humanidad podría hilarse a través de la intensa sed de relatos que ha padecido. Desde las cavernas, alrededor de la fogata, hasta las multimillonarias producciones de Hollywood que atiborran las salas de cine en todo el mundo. Fascinados por su impacto en nuestras construcciones mentales y sentimientos, los intentos por desentrañar sus funciones y la manera en que nos conmueven proceden desde Aristóteles con su Poética, concebida hace más de 2.300 años, pasando por autores como Horacio, Lope de Vega, Corneille, Vico, Lessing, Egri, Campbell y muchos otros. 

La industria del cine ha moldeado el imaginario colectivo durante más de un siglo y creado a su alrededor un sistema de narradores visuales para nutrir de historias sus producciones. Como en todo mercado, la materia prima de óptima calidad puede alcanzar cifras exorbitantes. El guion es uno de ellos y su escritura también ha sido teorizada y sistematizada por gurús más contemporáneos como Hitchcock, Field o McKee. La literatura de toda laya abunda alrededor de cómo escribir, qué elementos incluir para que una historia pueda llevarse con éxito a la pantalla o, por lo menos, para que el guionista reciba una buena suma por haberla escrito. 

¡Salva al gato!, escrito originalmente en 2005, ocupa un lugar importante dentro de esta literatura de fórmulas y consejos. Su autor, un guionista exitoso en el ámbito de las películas comerciales, escribe sobre su experiencia y describe de una forma muy sencilla y directa la manera de abordar el diseño de los personajes, la estructura, los diálogos, entre otros trucos que trascienden el ámbito de la escritura para la pantalla. 

Snyder, hijo a su vez de un guionista y productor de televisión, comparte su fórmula, que a la vez abreva de las teorías acuñadas durante siglos, pero lo hace de una manera casual y hasta ingenua. Aunque algunos críticos consideran su enfoque demasiado rígido, su metodología ha sido ampliamente adoptada tanto en el cine como en la televisión. Es visto como una guía imprescindible para aquellos que comienzan a escribir guiones o buscan un método claro para organizar sus ideas.

Alrededor de esto último, el tablero que plantea para estructurar las acciones y la plantilla de beats (momentos clave de la trama) son una herramienta sencilla y clara para no perder de vista lo esencial. No será la gran literatura, pero provee de herramientas de análisis y trucos a quienes buscan contar una buena historia. Salvar el gato, es uno de estos últimos, y consiste simplemente en que el protagonista realice en sus primeras apariciones una acción que provoque empatía en el espectador. 

Así de simple, así de eficaz. 

 

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