Una tentación de mil millones
El gobierno de Estados Unidos aumentó a 25 millones de dólares (más de 500 millones de pesos) la recompensa por entregar a Nicolás Maduro.
El gobierno de Estados Unidos aumentó a 25 millones de dólares (más de 500 millones de pesos) la recompensa por entregar a Nicolás Maduro. Al dictador venezolano lo acusan de narcotraficante, pero sería mejor que la recompensa fuera por el robo descarado de la votación. Los norteamericanos, con su Agencia Central de Inteligencia (CIA), saben que la cifra es bastante tentadora.
Cuando Osama Bin Laden, el autor intelectual del ataque a las Torres Gemelas se escondió en las montañas de Afganistán, un apostador propuso que el gobierno ofreciera mil millones de dólares por su captura. Aseguraba que al día siguiente Bin Laden sería entregado. Lo que sucedió después fue una búsqueda que fructificó con una breve incursión a Pakistán. Bin Laden había dejado rastros y lo mató un comando en Abbottabad.
El general Manuel Antonio Noriega de Panamá había colaborado con la CIA durante algún tiempo hasta que se le ocurrió convertirse en líder de su país por la fuerza. Tenía relación con el narco y tuvo también la ingenuidad de desafiar a Estados Unidos. El 20 de diciembre de 1989 vino una invasión a Panamá. El dictador se refugió en la embajada del Vaticano. La forma en que lo doblaron fue increíble: pusieron grandes bocinas con música estridente durante las 24 horas del día, la nunciatura no resistió y lo entregó.
En Venezuela no sólo hay un dictador, son dos: Maduro y Diosdado Cabello, su segundo en el Ministerio del Interior. Estados Unidos también ofrece 25 millones de dólares por su cabeza. Militares rebeldes ganarían 50 millones de dólares.
El método podría ser parecido al utilizado para llevar al Mayo Zambada directo desde Culiacán a Nuevo México. El tema puede ser una novela o un thriller policíaco. Algunos coroneles, insatisfechos con la negra tarea de defender a un sátrapa y a su entorno de ladrones, podrían decidir la captura de Maduro y Cabello. La mayoría del pueblo los reconocería como héroes. Seguro que Maduro vive la mayor de las paranoias, se sabe acorralado por la comunidad internacional y también sabe que sólo Cuba y Nicaragua reclamarían su captura. No es mucha ayuda.
Estados Unidos quiere ahorrarse el problema de invadir Venezuela para llamar a cuentas a Maduro. Sería un mal precedente para las relaciones con Latinoamérica. Una incursión causaría muertos y muchas cosas podrían ir mal. No es lo mismo Venezuela que Panamá o Granada, la isla caribeña que fue invadida por una “Furia Urgente”, según la clave de la operación de 1983.
Imaginemos que al ser marcados como “terroristas”, el US Army viniera a México “a por ellos”. Sería un escándalo internacional. No es lo mismo ir por el ex presidente narco de Honduras, Juan Orlando Hernández, y llevarlo a juicio en Estados Unidos, que pedir al gobierno mexicano la cabeza de los narcopolíticos. Sería interesante saber cómo reaccionaría el gobierno de México si EEUU reclama cabezas con evidencias de su participación con los cárteles. Eso puede suceder pronto.
El “Método Zambada” también ofreció una gran recompensa, en este caso para la familia del Chapo Guzmán, El premio para los chapitos fue un trato ligero en las cortes. Llevan a Zambada, se declaran culpables y reciben una sentencia corta. Eso vale mucho más que los 25 millones de dólares que darían por Maduro o Cabello.
Una duda no cabe: Maduro va a caer vivo o muerto. Él lo sabe.
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