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Cambio de juego

La inminencia del peligro convoca a que la gobernadora Libia García inicie un replanteamiento radical de los ejes de su gobierno: hacer a un lado el populismo ramplón inspirado por una burocracia miope, para focalizarse en estrategias que fortalezcan el aparato productivo de Guanajuato.

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Cambio de juego

Habrá que llamar la atención a los gobernantes de Guanajuato y sus municipios para que se espabilen y comiencen a actuar responsablemente frente a las diversas crisis que está causando el cambio de gobierno en Estados Unidos. El nuevo presidente ha alterado radicalmente la operación del mercado de América del Norte, provocando un sunami de incertidumbre que impactará en lo más valioso para los ciudadanos del estado: el trabajo.

La inminencia del peligro convoca a que la gobernadora Libia García inicie un replanteamiento radical de los ejes de su gobierno: hacer a un lado el populismo ramplón inspirado por una burocracia miope, para focalizarse en estrategias que fortalezcan el aparato productivo de Guanajuato, y con ello se logre cierta protección, para conservar los empleos. Hoy la Secretaría de Economía debiera adquirir mayor importancia que la encargada de distribuir dinero para clientelizar a la gente. No hay tarjeta, de ningún color, que nos salve de un agudo deterioro económico que nos amenace.

Una acción inmediata por donde deberían comenzar es el restablecimiento, frente a la contingencia, de las relaciones positivas y de confianza con los empresarios de todo el estado. Convoquemos a cancelar la honda herida y el agravio provocado por la ocurrencia de eliminar el Fidesseg, que Libia reponga el mecanismo y abra el camino para sellar una nueva alianza. Urge. 

En tanto, hemos librado de nuevo la introducción de aranceles, pero solo por un mes. El drama amenaza con extenderse. Durante los próximos 4 años habrá zozobra, manteniendo al T-MEC en vilo, y con ello a toda la industria automotriz y agropecuaria establecida en Guanajuato. Debemos ser previsores planeando escenarios críticos por los aranceles, e implementando medidas que mitiguen los golpes económicos que pudieran venir.  Gobernar en estos tiempos, se equipara a convertirse en constructores de lanchas salvavidas, en lugar de capitanear galeones repletos de votantes amaestrados.

Para contrarrestar los golpes externos a nuestra economía se debe trabajar en tres líneas principales: Reponer, a marchas forzadas, la seguridad en el estado; combatir la corrupción; y abaratar los costos de transferencia para propiciar la eficiencia de los mercados. Esto significa construir ventajas competitivas para nuestros emprendedores. 

La seguridad es un tema obvio. Resulta ilógico mantener una insana convivencia de empresas de punta con cárteles criminales. No va. Si deseamos continuar nuestro camino y mantenernos como una gran potencia exportadora de manufacturas del centro del país, debemos controlar y eliminar paulatinamente las células delictivas que operan en nuestro entorno. 

La corrupción es un gravamen enorme para la operación empresarial. Aquí se combina con la acción de los cárteles políticos. La nueva casta de funcionarios, de todos los partidos, dedicados a extraer recursos de los presupuestos públicos, también aspiran a convertirse en socios de cualquier empresa que intente establecerse en su feudo. La exigencia de moches para instalarse y operar, ralentiza la apertura de nuevas fuentes de trabajo y atrofia la creación de riqueza. Sucede por doquier: exigencia de derecho de piso por la delincuencia organizada y el apremio de los funcionarios y munícipes corruptos que exigen moches por cualquier actividad empresarial en el municipio. Veneno puro para la creación del trabajo formal.

Los costos de transacción son los relacionados con un pacto económico para comprar o vender un bien y todo lo que hay alrededor del intercambio: tiempo, traslados, permisos, condicionamientos, registros y toda clase de cargas regulatorias. Consiste en que todo se haga fácil, rápido, barato y sin extorsiones. Tenemos que  ser claros, no hay posibilidad de iniciar acciones de esta índole, si no se apuesta por imponer la actuación honesta en el interior del gobierno. ¿Ven por qué está mal tolerar a corruptos dentro de las administraciones públicas? No solo es un tema ético, es esencialmente un requerimiento para que la economía funcione, se incremente y beneficie a todos. Estas medidas posibilitan la creación eficientemente de riqueza, mejor distribuida, evitando el acaparamiento de negocios entre los políticos y sus empresarios compinches. Piensen en eso.

Ahora, en el momento económico más oscuro y amenazante, debe surgir el diálogo político inteligente, para construir nuevos caminos con los ciudadanos de buena fe. Al unísono se debe cercenar de golpe la ruta que recorren a diario los abusivos que traicionan continuamente a su comunidad. No hay tiempo que perder, hay que cambiar el juego rápido.  

 

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