¿De qué tamaño es la recesión?
Sé que a una líder le corresponde ser optimista y decirnos que la economía va por buen camino y que el futuro es promisorio. Solo que, en este mes, se conocieron los cierres de los dos trimestres anteriores y es innegable: estamos ya en recesión económica
Queridos lectores: en este mundo terrenal lo económico es lo real; así comemos, consumimos, sobrevivimos. Mientras más escolaridad tengamos, mayor la probabilidad de estar enterados de cómo funciona la economía. Desigual e injusto, pero así funciona el sistema económico mexicano. Capitalista desde la Revolución Mexicana y neoliberal cuando el presidente Salinas y populista desde que llegó el presidente AMLO, quien a pesar de haber prometido crecimientos del PIB (Producto Interno Bruto) del 4% anual y después de no haber logrado solo el 0.81 % en su sexenio, tuvo que intentar crear otros indicadores (como el de la “felicidad”) y disfrazar sus mentiras, recurriendo incluso a la “meta verdad” de sus “otros datos”.
Ahora la presidenta Sheinbaum, más preparada e inteligente en sus discursos, mantiene la misma estrategia de negar la realidad del funcionamiento de la economía nacional. Desde el inicio del sexenio, se ha mantenido en que no cree en los pronósticos de crecimiento de PIB que hacen organismos como el BM (Banco Mundial) y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) o el FMI (Fondo Monetario Internacional) y tampoco en las proyecciones de los bancos asentados en México, pues todos coincidían a final del 2024, que el crecimiento del País no sobrepasaría el 1.5%, cuando ella aseguraba que rebasaríamos incluso el 2%, a pesar de que el Banco de México tenía también estimaciones conservadoras.
Sé que a una líder le corresponde ser optimista y decirnos que la economía va por buen camino y que el futuro es promisorio. Solo que, en este mes, se conocieron los cierres de los dos trimestres anteriores y es innegable: estamos ya en recesión económica, pues se considera que existe una “recesión técnica” cuando un País acumula dos trimestres consecutivos con caídas en el PIB y cuando una economía se contrae hay una reducción general de bienes y servicios, por lo que cae el consumo, la producción de bienes y la inversión. Generalmente, la recesión lleva a optimización de plantas productivas y a reducción de plantas de trabajadores y a una baja en el consumo.
El promedio de estimaciones de los bancos asentados en México, es que la economía de México crecería 0.2 por ciento en el segundo trimestre del año (abril - junio), 0.4 por ciento en el tercero (julio - septiembre) al igual que en el cuarto periodo (octubre - diciembre). Con estas cifras, el PIB promediaría un crecimiento económico total de 0.2 por ciento en todo 2025. El Fondo Monetario Internacional (FMI) también rebajó abruptamente sus previsiones económicas para México: en su reporte de cierre de abril, informó que para este año pronostica una contracción del PIB del 0.3 por ciento, 1.7 puntos porcentuales menos de lo que adelantaba en su informe de enero.
Con una caída del 0.6% en el último trimestre de 2024 y una contracción estimada del 0.4% en el primer trimestre de 2025, nuestro País enfrenta esta recesión técnica generada, en parte, por la incertidumbre que provocaron las medidas arancelarias de Donald Trump y por la misma contracción de la inversión pública y privada que traemos desde el 2018 Desaceleración de la economía estadounidense, cuyo crecimiento se estima en sólo 1.1% en 2025; reformas internas, como la elección judicial del 1 de junio, que generan dudas en los inversionistas.
Es decir, se han ajustado los pronósticos de crecimiento para México a sólo 0.2% en 2025, el peor desempeño entre las 12 economías latinoamericanas analizadas. Pero estamos en problemas, además, porque la deuda pública podría cerrar el año en 55.4% del PIB, por encima del 52.3% estimado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), debido a un mayor déficit fiscal (5.0% del PIB) y un tipo de cambio menos favorable, especialmente si Estados Unidos impone más aranceles o si se retrasa la renegociación del T-MEC.
Es feo reconocerlo, pero las previsiones del gobierno siempre son erráticas y las estimadas por organismos externos, terminan por ser ciertas lamentablemente. Además, el INEGI mide que la confianza del consumidor en México ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos meses, con una disminución del 0.3% en el mes de marzo de 2025. El Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) refleja pérdida de consumo y cuando éste cae, la economía mexicana se detiene.
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