Hienas acechan a León
La locura de Trump no duró mucho. Sus aranceles del 145% a China fueron un duro golpe para el comercio de su país. Antes de que apareciera la fea cara de la inflación; antes de que los anaqueles se vieran vacíos en Walmart, Target y otras tiendas, sus personeros doblaron las manitas en Suiza.
“Al final las tarifas probaron ser demasiado dolorosas para los negocios norteamericanos como para que el Sr. Trump pudiera sostenerlas”.
The New York Times
La locura de Trump no duró mucho. Sus aranceles del 145% a China fueron un duro golpe para el comercio de su país. Antes de que apareciera la fea cara de la inflación; antes de que los anaqueles se vieran vacíos en Walmart, Target y otras tiendas, sus personeros doblaron las manitas en Suiza.
Si Trump hubiera ido en serio, las puertas del vecino estarían abiertas a la producción nacional del calzado. No fue así. Guanajuato, con sus centros zapateros en León, San Francisco y Purísima del Rincón, está en la encrucijada más importante desde la pandemia.
En 2019, antes del Covid, el número de trabajadores de la industria registrados en el IMSS era de 67 mil. La producción máxima en años anteriores llegó a 270 millones de pares. A finales del 2024 el registro de obreros del calzado había descendido a 51 mil.
Según estimaciones, la producción llegaría a unos 200 millones en 2024. Las importaciones registradas se acercan a 189 millones de pares. En poco tiempo México será un importador neto de calzado, cientos de pequeñas y medianas empresas podrían desaparecer. Habría un problema social serio. El trabajador del calzado es especializado y difícil de encauzar a otras industrias. No somos como otras zonas metropolitanas donde la diversificación permite que la demanda de trabajo sea múltiple y competitiva como en Querétaro y San Luis Potosí, Saltillo y Monterrey.
Lo primero que debemos preguntar es si al Gobierno del Estado y a la Secretaría de Economía les interesa dar la batalla por la industria. Nuestra fábrica es un León herido rodeado de hienas devorando todo. Por un lado el producto sub facturado, el contrabando, la fabricación simulada para exportación; por otro los minimis. Temu y Shien tenían años lucrando con un hueco oscuro en la ley donde los productos baratos pagaban cero ISR y cero IVA. Parece que los están controlando pero sus precios siguen siendo ridículos. Choclos de moda en piel los ponen en la puerta de las casas a $370 pesos, por ejemplo. Zapateros dicen que el costo mínimo de producirlos en León es de 250 pesos. Cuando llegan al detallista el precio es de 575 pesos.
Estados Unidos cerró a Shein y Temu esa ventaja que tenía China. La famosa tienda de moda Forever 21, quebró por esa competencia.
Si al Gobierno de Guanajuato le interesa rescatar la industria, debe apoyarse con Marcelo Ebrard o con la propia Presidenta Claudia Sheinbaum, porque ella conoce las consecuencias del desempleo en una zona metropolitana como la de León. Al final es un asunto político o de política económica. Si lo que quiere Morena es mucho calzado barato para el pueblo sin importar la crisis generada en nuestra sociedad por el desempleo, que lo digan.
Hace mucho tiempo que no escuchábamos la angustia de los industriales frente al futuro. La mayoría puede cambiar de giro o simplemente dejar de pagar nómina y proveedores. En cambio las familias de los trabajadores la pasarían muy mal si sigue el ritmo de recorte del empleo. Esperemos que el viento cambie y el León pueda defenderse de las hienas.
AAK
Opinión en tu buzón
Deja tu correo y recibe gratis las columnas editoriales de AM, de lunes a domingo
