¿Hacia dónde vamos?
Toyota anuncia dos nuevos modelos eléctricos llamados bZ Reveal que se asemejan mucho a sus competidores chinos.
Honda mueve la producción de su CR-V de Canadá a EE.UU por los aranceles”. - Car and Driver
Toyota anuncia dos nuevos modelos eléctricos llamados bZ Reveal que se asemejan mucho a sus competidores chinos. Hace algunos años el proyecto de la gigante japonesa era el uso de hidrógeno como combustible limpio en sus autos. Sigue vigente el invento pero muy lejos del retrovisor eléctrico. Mientras Toyota producía autos en todo el mundo y peleaba con Volkswagen la supremacía mundial, los chinos tenían otro plan.
Después de la pandemia el dragón despertó. En 5 años la industria automotriz china rebasó a Japón, Alemania y a EE.UU con una variedad de productos a precios sin competencia y con tecnología de punta. En estos países la van a pasar mal y en consecuencia también en México y Guanajuato en particular.
Frente a frente, las marcas tradicionales no pueden competir con los avances de empresas como BYD, Nio, Geely, Xiaomi, Huawei y Xpen… Son tantas las marcas que no podemos memorizarlas. En México avanzan como la humedad en verano, con gran peligro para la producción nacional. Para no tomar riesgos, EE.UU les puso un arancel del 100% y además prohibió que pudieran conectarse a internet porque consideran que desde los sistemas del auto, los chinos podrían espiar.
Para las marcas europeas como Volkswagen, China era una fuente inagotable de utilidades, lo mismo para Mercedes, BMW, Audi y Porsche. Ya no. Ahora, de los 32 millones de autos que se venden en China, más del 90% se producen ahí.
Como si fuera poca la desventura de Canadá después de los ataques de Trump, la revista especializada Car and Driver, anuncia que Honda cambiará la mitad de la producción de su popular SUV CR-V a Estados Unidos para reducir el impacto de los aranceles. Había anunciado una inversión de 11 mil millones de dólares en Ontario, Canadá, para producir autos eléctricos. Suspendió ese proyecto por la incertidumbre. Los canadienses deben estar que trinan de coraje.
Honda tenía planeado fabricar el Civic híbrido en México. En marzo anunció que detendría el proyecto por los aranceles. No es que se lleve la producción de otros modelos, pero podría detener el futuro del ensamble en Guanajuato.
Es probable que las armadoras japonesas en México estén esperando el desenlace del T-MEC. Según Marcelo Ebrard, el secretario de Economía, en el segundo semestre se tendrá que renegociar, eso antes de lo que estaba planeado para 2016.
Mark Carney, Primer Ministro de Canadá, tiene un plan alterno si su vecino Trump sigue fastidiando con la peregrina amenaza de convertirlos en el estado 51. Antes de las elecciones que ganó el mes pasado, tenía definido abrirse al mundo. Tomar el lugar de liderazgo que EE.UU ha dejado con sus guerras trumpistas. Una gran ambición para un pequeño país (en población), pero una visión de rumbo inigualable. El líder canadiense sabe que el desacoplamiento de la economía norteamericana, a largo plazo puede ser una bendición porque su país se convertirá en un jugador mundial. Es un despertar para su apacible población.
Nosotros, ¿a dónde vamos? La verdad es difícil saberlo. Embroncados con una petrolera quebrada y desacreditada; metidos en una guerra interna contra los cárteles que, a su vez, están enfrentados, nos sentimos la piñata de Trump. Será complicado que un gobierno estatista tenga la capacidad y gente con talento para conquistar el futuro. Esperamos estar equivocados.
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