Buscar

Perspectiva

Invasión

Si Donald Trump ordena invadir México, sabe que nuestro país no tiene forma de repeler la agresión. La última vez que EE.UU se metió a nuestras tierras fue en Veracruz en 1914, durante la Revolución. Tenemos más de un siglo de soberanía territorial.

Escrito en Opinión el
Invasión

El ejército norteamericano se expande en la frontera”

New York Times


 

Hay un gran temor en el Gobierno federal de que Estados Unidos nos invada como pretexto para capturar a “narcoterroristas”. Nuestra presidenta, Claudia Sheinbaum, repite una y otra vez que México jamás permitirá la participación física de militares o agentes extranjeros en la ejecución de aprehensiones. La respaldamos. 

Desesperados por los “abrazos y no balazos” del pasado, muchos ciudadanos piensan lo contrario y dicen sin empacho que ojalá tuviéramos refuerzos de EE.UU para pacificar el país. Se equivocan. Una profanación del suelo nacional sería una herida enorme que causaría terribles problemas. Sería una ruptura política con nuestro vecino con total desventaja para nuestro amado México. 

Si Donald Trump ordena invadir México, sabe que nuestro país no tiene forma de repeler la agresión. La última vez que EE.UU se metió a nuestras tierras fue en Veracruz en 1914, durante la Revolución. Tenemos más de un siglo de soberanía territorial. El Ejército Mexicano dice que no lo permitirá. Deben decirlo pero saben que nuestras fuerzas armadas poco pueden hacer frente al poder de fuego del vecino. 

Aunque Trump dijera que sus soldados son necesarios para atrapar a narcotraficantes “terroristas”, la verdad es otra. México puede recibir toda la información, toda la capacitación y hasta la tecnología para luchar contra las organizaciones que asolan la paz en Sinaloa, Tamaulipas o Baja California, pero jamás aceptará que extranjeros vengan a guerrear en contra de mexicanos, por más criminales que sean. 

Como a Trump le vale México y lo que aquí se diga, no dudamos que un día de baja popularidad frente a su electorado formule un pretexto para meterse con México. 

El mundo salió dañado de sus perturbadoras ideas tarifarias. En ningún continente hay sosiego desde enero, cuando asumió el puesto más poderoso del orbe. 

Una y otra vez nos ponemos a pensar qué pasaría si nos invaden. ¿Cuál sería la mejor respuesta? La militar está fuera de toda consideración porque sería enviar a soldados mexicanos a una batalla desigual. Romper tratados comerciales sería suicida para nuestra economía. La verdad no encontramos una respuesta, pero nuestra presidenta Sheinbaum debe tener algo en su protocolo de seguridad nacional. No podemos siquiera imaginar un día o una semana de cierre de fronteras. Cualquier respuesta desmesurada de nuestro gobierno podría provocar el cierre de los gasoductos que alimentan el sistema eléctrico nacional. Cualquier bloqueo enviaría el dólar a 30 pesos.

Estamos en manos del hombre más arbitrario de los últimos tiempos. Esperemos que no tome el palo y nos azote como a una piñata, que no tenga una complicación mayor en su país para evitar que quiera distraer la atención nacional e internacional con una invasión. 

Por lo pronto tenemos que soportar el robo que pretenden hacer a nuestros paisanos en sus envíos de remesas. Quitar el 5% del envío legítimo de un trabajador es una infamia. En apenas 4 meses, Trump y sus delegados como Elon Musk, han mostrado lo peor de la humanidad frente a la pobreza y el dolor de los menesterosos. 

Como dijo Bill Gates: el hombre más rico del mundo quita a los más pobres del mundo la posibilidad de comer y sanar. Cuando Musk canceló el USAID, condenó a millones de africanos al riesgo de enfermedades como el VIH o la Poliomielitis; cuando recortó la ayuda sanitaria y alimentaria, aventó al infierno a los más pobres de los pobres, todo para bajar impuestos a los más ricos. Debemos estar preparados.

Escrito en Opinión el

Círculo AM

Opinión en tu buzón

Deja tu correo y recibe gratis las columnas editoriales de AM, de lunes a domingo

Opinin