Luis Echeverría y sus parodias(Segunda parte)
Así como mi experiencia personal tras la devaluación, seguramente hubo miles en todo el país de variadas consecuencias y de ahí que ya vox populi había dado muestras de cómo criticar de una manera ingeniosa a los gobernantes artífices de sus desgracias y estaba en cartelera desde marzo de 1975 una comedia de teatro que se denominó “Adios Guayabera Mía”...
Así como mi experiencia personal tras la devaluación, seguramente hubo miles en todo el país de variadas consecuencias y de ahí que ya vox populi había dado muestras de cómo criticar de una manera ingeniosa a los gobernantes artífices de sus desgracias y estaba en cartelera desde marzo de 1975 una comedia de teatro que se denominó “Adios Guayabera Mía”, en donde a través de una sátira política se presentaba en el Teatro Frú Frú un grupo de cómicos del momento como lo eran Chucho Salinas, Héctor Lechuga y Leonorilda Ochoa, los tres ya fallecidos; sus actuaciones fueron geniales pues parodiaban hasta la exageración las barbaridades de Luis Echeverría y de la “Compañera María Esther”; con un estilo muy popular a base de interposición de cuadros con distinta escenografía tipo teatro de revista, musicalizados, con libreto y diálogos del experto en comedia y chistes políticos Antonio Ferrer, y coreografías de Roberto y Mitzuko. En la publicidad se aseguraba al público reír durante dos horas.
El pueblo tiene sus formas de desahogo, de venganza y de criticar de forma burlesca a quienes los afectan y hasta llegan a oprimir y una de ellas fueron estas muestras de comicidad como otras más que siguieron posteriores y que ahora recordamos como “La Docena Trágica” (Luis Echeverría y López Portillo), “La corrupción somos todos” (en lugar de “la solución somos todos”), “El petróleo de aquellos Díaz Serrano”, “La corrupción SA” y la más chusca de todas: “¡Agarren a López! Por pillo”.
Cuentan las crónicas de aquella época, sin que esté corroborado, que fue tal la curiosidad de Luis Echeverría, su parentela y colaboradores cercanos, por conocer la obra “Adiós guayabera mía” que de manera secreta la llevaron a representar en la Residencia Oficial de Los Pinos.
Hay políticos quienes gustan de reírse de sí mismos.
P.D. Un adiós y réquiem por Amador Rodríguez Leyaristi, en un tiempo colaborador en estos espacios periodísticos con magníficas reseñas y críticas de cine.
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