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Día del Padre: Nuevas masculinidades cambian roles paternos

Las nuevas masculinidades en las que los hombres se permiten ser más sensibles, han ayudado a que la nueva generación de papás adopten un rol más activo y cercano en la crianza de sus hijos

Escrito en Salud el
Día del Padre: Nuevas masculinidades cambian roles paternos

Este Día del Padre, Rosa María Ramírez de Garay, doctora en psicología y salud por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuya línea de investigación es la paternidad, habla sobre cómo la figura masculina y paterna se ha cuestionado y ha ido cambiando como resultado de estos cuestionamientos. 

Pero también explica cómo el arquetipo tradicional de masculinidad afecta a los propios hombres y a su entorno.

Según la entrevistada, las nuevas masculinidades son formas de ser hombre y de pensar la masculinidad que se alejan del pensamiento tradicional de hasta hace 30 años. Y con esto se refiere a la figura masculina que "privilegia la racionalidad, anula la parte emocional, demanda estoicismo; de hombres que tienen que ser valientes, que no deben temer a nada, que su papel fundamental en una pareja es el de ser proveedor, etcétera".

Este arquetipo de masculinidad afecta tanto en la vida del propio hombre como en la de los que le rodean. La psicoterapeuta señaló que una de las afectaciones más evidentes está relacionada con la dificultad para la expresión emocional.

Toda esa carga emocional que no se expresa encuentra otras vías para descargarse o para manifestarse; una de ellas, por ejemplo, puede ser el cuerpo, entonces vemos que los varones mueren mucho más jóvenes que las mujeres y tienen una mayor incidencia de infartos y de eventos cardiovasculares. Esto se asocia con el manejo de las emociones, del estrés y de la angustia", apuntó.

Otra de las maneras en las que comúnmente se desahogan emocionalmente es a través del consumo del alcohol y/o drogas y bajo estos efectos pueden exponerse a conductas de riesgo como peleas, accidentes y, en el peor de los casos, muerte a causa de la adicción.

Pero por otro lado, también la familia sufre los estragos pues, en este modelo tradicional, la violencia se ha concebido como vía legítima para la expresión del malestar o de cualquier emoción en los varones quienes muchas veces la ejercen contra sus esposas, madres o hijos.

A decir de la experta el concepto de masculinidad se ha ido transformando en gran medida por la influencia del feminismo y los estudios de género. Se ha dado origen a las llamadas nuevas masculinidades, un concepto que se ha fortalecido en los últimos 20 años.

Las nuevas masculinidades aluden a hombres que se cuestionan esos preceptos de la masculinidad tradicional y que se permiten tener otros roles distintos o además de la proveeduría; se cuestionan su posición de poder, se permiten tener una mayor vinculación afectiva con otros, sobre todo más cercanamente con sus hijos. 

Esta idea de nuevas masculinidades ha permeado poco a poco en las nuevas generaciones de entornos con más acceso a la educación, hombres citadinos y de estatus socioeconómicos medios y altos. Mientras que, en entornos rurales o marginados, con menos acceso a la educación, lo que sigue predominando es el modelo tradicional de masculinidad.

Se reconstruye la paternidad

La manera como los hombres de entre 20 y 25 años asumen su rol de paternidad, cómo se involucran en la crianza, en los cuidados de manera activa y qué sentimientos les provoca ser papás fue parte de la última investigación de la doctora Rosa María Ramírez.

El objetivo de su trabajo titulado "Cómo se construye la paternidad: Elementos intrasubjetivos, relacionales y socioculturales que delimitan las prácticas parentales en varones mexicanos" fue ver si estos cuestionamientos que los hombres se hacen respecto a la masculinidad influyen en la forma en la que viven la paternidad y cómo se involucran con sus hijos. 

Encontró que la paternidad es un reto para los hombres debido a que pone en juego algunos mandatos sociales de la masculinidad tales como el rol de proveedor, de figura de autoridad en la familia y de hombre infranqueable.

Algunos de los participantes se cuestionaron estas expectativas y tomaron decisiones al respecto que podían o no coincidir con ellas; algunas otras parejas, aunque se hubiesen cuestionado estos constructos, terminaron ajustándose a ellos en mayor o menor medida.

Por otra parte, encontró que la paternidad es una confrontación emocional con ellos mismos porque los hace enfrentarse a emociones que no habían vivido antes y con las cuales se hallan poco familiarizados tales como la vulnerabilidad, la fragilidad, impotencia al no saber cómo acompañar a sus parejas en ese proceso; pero también de ternura, emoción, mucho amor, etcétera.

Asimismo, se enfrentan al reto de la crianza sin haber sido socializados para el cuidado, a diferencia de las mujeres que desde pequeñas se les asigna el rol de cuidadora, con el juego de las muñecas, por ejemplo. 

Es por ello que los nuevos padres tienen que aprender casi desde cero las tareas de crianza y cuidado de sus pequeños tales como bañarlos, cambiarles el pañal, darles de comer, dormirlos, y lo que sea necesario en cada etapa del crecimiento.

La investigadora encontró que los padres que participan en estas labores de crianza desarrollaron vínculos muy cercanos con sus bebés, vínculos muy cargados de afecto. 

Mediante la crianza se pueden desarrollar estos vínculos, al mismo tiempo que cuando los hombres se involucran en la crianza, se equilibra un poco el desequilibrio que generalmente hay en los hogares entre el trabajo remunerado y el trabajo doméstico; es decir, disminuyen estas posiciones de desigualdad hacia dentro del hogar", concluyó la doctora Ramírez de Garay.

No obstante, otro de los hallazgos que arrojan luz en materia de igualdad de género es el hecho de que muchas de las veces los padres que no están presentes no es porque no les interese, sino porque la realidad social y la falta de políticas públicas no se los permite del todo. Así lo refirió la experta:

Muchos varones que quisieran estar ahí al cuidado de sus hijos y no pueden es también por el funcionamiento social institucional. Aquí en México tenemos un problema importante, con las licencias de paternidad, que son de cinco días, no es nada. Mientras que las mujeres tenemos licencia de maternidad de tres meses; entonces, desde ahí está institucionalizado que las mujeres son las que tienen que quedar encargadas del trabajo de cuidado y de crianza, mientras que los hombres tienen que salir a proveer".

Pero también celebró que ha habido avances en esta materia, como por ejemplo que los padres pueden ya estar presentes al momento del alumbramiento en las instituciones de salud pública. 

Me parece importantísimo porque (el alumbramiento) es un momento fundamental, ya que desde ahí se empieza a construir la paternidad, desde presenciar el nacimiento de tu bebé", señaló la egresada de la UNAM.

Doctora Rosa María Ramírez de Garay
Rosa María Ramírez de Garay, doctora en Psicología y salud por la UNAM | Foto: Cortesía

 

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