Nancy Prieto, la histórica mánager de las Bravas de León: “Todo pasa por algo”
Después de liderar el circuito y de lograr el subcampeonato con Sultanes Femenil, Nancy llega a León con la misión de ganarlo todo en el 2025. Pero antes, una historia profunda que conmueve.
Es el segundo jueves de enero del 2025 y el cielo de León, bipolar por naturaleza, invita a la nostalgia con sus nubes grisáceas y su constante 'chipi chipi'. El paraguas, la chamarra y el gorro se pasean en un auge que era impensado una semana atrás, pues el sol encandiló el inicio de un nuevo año.
La mayoría de los habitantes de esta ciudad zapatera saben cómo controlar los constantes cambios de clima, pero Nancy Prieto, regiomontana de nacimiento, aún desconoce la fórmula.
"Me acabo de salir de bañar y como que me quiere pegar un resfriado", menciona en la recepción del hotel Nueva Estancia. Aquí, desde su arribo al Bajío, se ha adaptado al tiempo y su destino, ese que se encargó de traerla a las Bravas de León para la LMS 2025.
"Fueron muchas pláticas con Grimaldo (Martínez) y con Adriana (Pérez). Yo venía como coach, pero después de muchas horas platicando con Adriana, me convenció de ser la nueva mánager y pues acá estamos", platica mientras sostiene una bola con vivos en rosa y el escudo en el centro de su nuevo club.

Felicidad y fortaleza es lo que muestra Nancy frente a la incertidumbre de un nuevo camino. El golpe de un cambio siempre será difícil de amortiguar, pero su ir y venir por distintas avenidas de la vida la han hecho fuerte y, sobre todo, receptora a las cosas que se le crucen en el trayecto.
"Toda mi vida he vivido en Monterrey… hasta ahora", externa con una sonrisa, y añade: "Pero creo firmemente que todo siempre pasa por algo".
Ante esto, el 2025 en la vida de Nancy bien puede comenzar a ser sinonimia de catarsis. Y es que después de recibir Año Nuevo en su terruño, acompañada de familiares y amigos, tomó este nuevo reto y todo lo que ello implica, incluido el cambio de clima.
"Tenía dos ofertas más sobre la mesa, pero por el clima, la afición y el club, elegí León y creo que no me equivoqué".
La reina del Rey de los Deportes
La legendaria dirigente, que ya ha visitado tres municipios de Guanajuato (Guanajuato capital, Salamanca y Comonfort), es fruto de un matrimonio que arrojó cuatro hijas. De entre todas sus hermanas, ella fue la única que siguió a su padre en el programa de Ligas Pequeñas que él se encargó de comandar por muchos años.
“Desde los seis años comencé a jugar sóftbol, pero todo muy informal hasta que a dos cuadras de mi casa en Monterrey había una liga: la Liga Independencia, en la cual mi padre era dirigente. Yo iba mucho con él y allí mismo entrenaba”.
El jugar entre niños fue solo un pasatiempo hasta los 12 años, cuando ingresó a un equipo de beisbol de Ligas Pequeñas y se convirtió, en toda la historia de Nuevo León, en la primera mujer en ser parte de este programa.
Sin embargo, el disfrute de estar dentro de un diamante, duró relativamente poco. Con solo dos años, Nancy se vio obligada a dejar el deporte que más le gustaba por meras razones académicas.
“Iba a un colegio privado, salía tarde y entonces ya era la hora del entrenamiento. A veces no comía ni mucho menos hacía la tarea”, recuerda.
“Mis calificaciones empezaron a bajar y solo duré dos años jugando beisbol porque mi papá me sacó. Yo le insistía e insistía que quería regresar a jugarlo, pero por las fuerzas, las edades y los cuerpos de los niños, me dijo que mejor buscara algo de sóftbol”.
Con ello, inició la ‘caza’ dominical de ligas por parte de Nancy. Cada domingo que llegaba el periódico a su hogar, buscaba la parte deportiva. Así se mantuvo la rutina por dos años, hasta que un domingo cualquiera, se encontró con estadísticas y fotos de premiación de la Liga Sierra Madre de Sóftbol en San Pedro Garza García.
“Se lo enseñé a mi papá y la primera vez me dijo que no porque estaba muy lejos de casa. Así me la pasé como un mes insistiendo sin saber que, en ese lapso, mi padre se estaba informado cómo funcionaba la liga, como que categorías había y si era abierta o no”.
Después de varias llamadas y conversaciones que se convirtieron en convencimientos, el padre de Nancy llegó con una noticia que le cambió la vida por completo. Mientras la escuela entraba en su receso más largo por las vacaciones de verano, ella ya tenía equipo.
“Yo jugaba de todo”, externa Prieto, que confirma una labor de utility que, dos meses después de haber entrado al equipo, la llevó a su primer selectivo estatal. El llamado fue único, pues fue la única pelotera de su liga a la cual llamaron.
“A veces cachaba, a veces era antesalista, a veces era paradora en corto y a veces estaba en el outfield, pero cuando me seleccionaron me llevaron como paradora en corto”.
El forjamiento de una leyenda
Quizás de manera inconsciente, pero San Luis Potosí está muy bien guardado en el corazón de la icónica regiomontana. ¿La razón? Con solo 15 años de edad, fue allí donde disputó su primer Campeonato Nacional.
A partir de ese momento, comenzó el forjamiento de su leyenda en el sóftbol mexicano. Su selección para distintos torneos juveniles y las antes llamadas Olimpiadas Nacionales, ya no era una sorpresa en Nuevo León.
“Mi papá siempre me inculcó el ser siempre la mejor en lo que hiciera. Si barría la calle, tenía que ser la mejor barriendo la calle. Entonces yo siempre me enfoqué en mejorar siempre en el campo y salir adelante con mi juego”.
El proceso lo disfrutó en demasía, pero después comenzó a rondar en su cabeza una pregunta enigmática: ¿Y ahora qué sigue?
En esa ambición, tuvo una plática con Andrés Montes Chavero, quien fungía como presidente de la Federación Mexicana de Sóftbol, dándole la noticia de que sería convocada para la Selección Mexicana.
“Estuve alrededor de cinco o seis años jugando para México y es un orgullo indescriptible. Muchos podrán decir que ponerse la camiseta de Charros, Sultanes o Bravas es un orgullo más grande que el de la Selección pero no es así, de verdad que no”.
Curazao, Belice, Guatemala, Cuba y Colombia fueron algunos de los tantos países que conoció en más de un lustro de trayectoria con México. Sin embargo, es la tierra colombiana la que le atrae muchísimos recuerdos.
“Recuerdo que mi último centroamericano fue en Colombia. Yo no iba a ir porque antes hubo un torneo durísimo donde caché como 13 juegos en seis días y tenía desgarradísima la pierna derecha y traía una bola en el brazo derecho”.
El mismo Andrés, que en su momento le dio la enorme noticia de que sería convocada para representar a su país, se encargó de alentarla a disputar su último campeonato de manera poca ortodoxa, pues el vuelo ya estaba pagado y si ella llegaba a bajarse de él, pagaría el monto del mismo.
El inicio de su estrellato en el dugout
Sin estar segura del año, Nancy cuenta que por 1998, comenzó su andar como directiva en la Selección Mexicana de Sóftbol.
Su trabajo comenzó en selecciones juveniles y, a la par, arbitró distintos juegos de Ligas Pequeñas en Nuevo León, acrecentando aún más su legado en Monterrey. Incluso, existió un momento donde llegó a coordinar a todos los umpires de Nuevo León para los torneos regionales y municipales.
“Ahorita tengo como 15 o 20 años en que soy la coordinadora regional. Debo ir a todos los nacionales de ligas pequeñas, pero claro que no puedo. Al que no debo de faltar nunca es al de once y doce años porque el que gane va a Williamsport”, comenta.

Dicho sea de paso, Nancy es la primera mujer en asistir como umpire a Williamsport en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas del 2011, logro que la ubicó en un lugar único en el deporte femenil de México.
De esta manera y hasta la actualidad, Prieto ha asumido el reto de ser mánager y coach de distintas categorías de la Selección Mexicana, siendo la candidata a tomar el proyecto principal de Los Ángeles 2028.
La experiencia en la Liga Mexicana de Sóftbol
“Esto no va a ser para siempre y hay que entender que es un negocio”, es como comienza Nancy a relatar su experiencia en la Liga Mexicana de Sóftbol.
Su llegada a León fue, hasta cierto punto, sorpresiva. Y es que en su primer torneo, logró el subcampeonato con Sultanes Femenil, desatando la controversia sobre su salida.
“Yo siento que hice mi trabajo bien, pero cada cabeza es un mundo y esa es la decisión que tomaron ellos. Sin embargo, Pepe Máiz, por ejemplo, sigue siendo muy amigo mío y eso es algo que agradezco a mi papá, la educación que me dio porque me ayuda a distinguir lo profesional de lo personal”.
Con récord de 15-9, Sultanes Femenil lideró la primera temporada en la historia de la LMS. Ahora, con esta experiencia, Nancy, frontal y siempre abierta, resalta: “He aprendido mucho y a lo mejor las más beneficiadas serán las Bravas en este 2025”.
“Todo pasa por algo”
Deseosa de que la Liga Mexicana tome en cuenta a la Federación Mexicana de Sóftbol y puedan trabajar de la mano para una mejor calidad, Nancy Prieto es fiel a su lema de que “todo pasa por algo”.
Hoy, lejos de su terruño, agradece la oportunidad que le puso la vida de dirigir a las Bravas de León, a quienes piensa llevar al éxito junto a Adriana Pérez, una compañera y amiga con la que comparte un respeto inconmensurable.
“Yo siempre tengo respeto por mis compañeros y amigos. Me la pasé horas platicando con Adriana porque yo quería llegar como coach y no como mánager, pero ella misma pidió el cambio y pues acá estamos”.
La charla es amena y va por buen rumbo, pero el tiempo, inexorable y cruel por naturaleza, apremia.
Son cerca de las nueve y media de la noche y mañana, junto a sus jugadoras, deberá levantarse temprano para desayunar e ir al Domingo Santana para la tercera práctica de la pretemporada 2025.
Pero antes, en medio de un frío clima que no evoca más que nostalgia y melancolía, el recuerdo de alguien que forjó la leyenda que hoy es.
Enfundada en el uniforme de su nuevo club, el cual destaca por ser uno totalmente negro con vivos en rosa en las mangas, además de una cachucha inseparable en su faceta como mánager, los lentes se ven obligados a desprenderse de sus pupilas.
Las lágrimas comienzan a brotar y, bajando a sus mejillas, la voz se entrecorta, porque esa presencia espiritual que siempre la acompaña, la siente más cerca que nunca con un emotivo recuerdo que expulsa de su alma.
“Yo sé que mi papá está viendo todo esto. Ya no está conmigo, pero él me inculcó todo lo que soy hoy. Quisiera que estuviera presente, pero sé que está conmigo. Eso es lo que yo todavía les digo a las niñas, que sigan los consejos de sus padres porque ellos jamás les van a desear el mal”, concluye.
Secándose las lágrimas, un abrazo que agradece el tiempo compartido y el recuerdo de toda una existencia que hoy, a casi 700 kilómetros de distancia, fue revivida entre risas y llanto.
Nancy Prieto
- Leyenda del sóftbol mexicano
- Más de 25 años en la Selección Mexicana de Sóftbol
- Primera mujer en ser umpire en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas (2011)
- Líder en la primera temporada de la LMS con Sultanes Femenil (15-9)
- Subcampeona en la LMS 2024