Joaquín Guzmán: el hombre plateado y su arte de estatua viviente en Tulancingo
Joaquín Guzmán, originario de la capital hidalguense, dedica 38 años a su arte como estatua viviente. Su esfuerzo y dedicación lo han llevado a recorrer varios espacios de Tulancingo.
Joaquín Guzmán tiene 50 años, de los cuales 38 ha dedicado a perfeccionar su arte como estatua viviente. Actualmente, es capaz de mantener sus músculos completamente inmóviles durante 10 minutos.
Conocido como el hombre plateado, rinde homenaje a los mineros de la capital hidalguense, su lugar de origen. Sin embargo, en ocasiones es desalojado por la policía cuando intenta presentarse en la plaza de El Reloj.
Ante ello, ha buscado otros espacios y se le puede ver en los pasillos que conectan los espacios recreativos del centro de Tulancingo. De vez en cuando, deja su rigidez y realiza movimientos robóticos para descansar y acomodar su cuerpo, lo que es todo un espectáculo, nada fácil de ejecutar.
Sus jornadas pueden durar hasta 12 horas: "Hasta que no pasa gente". En un buen día, puede recolectar hasta 300 pesos; "en las ferias nos va mejor".