El deseo por desarrollar una propuesta residencial que formara parte de la arquitectura autóctona regional e incitar al entorno donde fue construida para que manifestara su belleza fue el preámbulo que dio origen a la Casa SMA, creación del arquitecto Raúl Magaña.
El resultado: una vivienda moderna, nueva y que, a la vez, preserva sus raíces e identidad como una expresión misma de la tierra.
Se encuentra a tan sólo 10 minutos de San Miguel de Allende y está construida sobre la suave ladera de una pequeña montaña que bordea la presa Allende.
"La volumetría es una geometría clara y definida; no tenemos elementos que no correspondan a un cuerpo geométrico. Los volúmenes están divididos de acuerdo a la función de los espacios y se integran en un conjunto utilizando la pendiente natural del terreno y la topografía del mismo", explicó Magaña.
Materiales naturales que son propios de la región se fusionaron entre sí para enriquecer el aspecto exterior. Destacan piedra y madera de la misma zona, barro que se adaptó en las tejas, así como hierro y concreto pulido natural.
El techo, por ejemplo, fue construido con vigas y duelas de madera, está soportado por una vigueta de hierro y es un elemento que tiene caída libre en uno de sus lados.
En el interior se aprecia un diseño relajado, cálido y acogedor. El reto consistió en integrar los materiales naturales, la esencia del lugar, la vegetación y las artesanías de manos mexicanas expresadas en detalles.
"Con esto como motor se obtuvo un diseño único creado para este proyecto que mantenía de manera perfecta un balance entre calidez, sencillez y una refinada elegancia. El objetivo era crear algo que te cobijara y te integrara plenamente al lugar", señaló el artífice.
En pisos destaca el concreto pulido, en muros existe una combinación de aplanados de cemento con colores cálidos, así como madera recuperada. De igual forma tanto en plafones como en techos se adaptaron vigas del mismo material.
La mayor parte del mobiliario está diseñado especialmente para La casa y, según Magaña, es una propuesta vanguardista en el sentido de que fue creada para la función práctica del usuario con el manejo de tecnología que destaca la belleza y naturalidad de los materiales.
"Estar adentro es como estar afuera, pero cobijado porque existe una integración de ambos espacios y cada uno cumple una función diferente. En el exterior sientes el viento, la brisa del lago en el jacuzzi y la naturaleza, mientras que en el interior sientes la calidez y el cobijo", añadió el representante de KAH Arquitectura, despacho con sede en Celaya, Guanajuato.
Los paneles corredizos en cristal contribuyen a una mejor integración de las superficies. Se ocultan totalmente como si desaparecieran y generan la sensación de que el interior y el exterior son uno mismo.

Por Redacción AM

Escrito en León el 5/3/2015 · 00:00