Un grupo de vecinos del fraccionamiento Villa Jardín -en San Francisco- mostraron su inconformidad ante el aumento de la inseguridad, situación que ha llevado a sumar al menos 8 robos a casa habitación y una camioneta, así como acumuladores contando sólo a una calle en lo que va del año.
Y no sólo es eso, ya que afirmaron tener poca atención por parte de la Comisión Federal de Electricidad, ante los continuos apagones que tardan hasta dos días en atender y les ocasiona mayores problemas.
La inseguridad es tal que revelaron que Seguridad Pública poco hace por prevenir estos agravios, ya que afirman que van tres ocasiones que el comité de colonos del fraccionamiento agenda cita con el director de la dependencia, donde se compromete a visitar el lugar para conocer la situación que viven, pero éste “los ha dejado plantados”.
“El miedo de ser la nueva víctima es de todos los días, porque casi todos trabajamos y las casas se quedan solas, y es cuando aprovechan los ladrones por la poca vigilancia”, dijo Martín Grijalva.
A decir de los vecinos, el mes de enero sucedió el robo de una camioneta cargada de calzado listo para entregar, además de dos casas que fueron saqueadas. En febrero una batería desapareció de un Volkswagen estacionado: “Cuando la reporté a la Policía me dijeron que una batería no era tan importante como para acudir”, afirmó Carlos Lorenzana.
En los meses posteriores han ocurrido más robos, y han sido igualmente reportados a la autoridad, sin embargo, aunque han atendido la mayoría de los reportes, no se logra más que el regaño a los vecinos por parte de los elementos, al no tomar mayores precauciones como bardas más altas, o protecciones más seguras. Todos estos hechos han sucedido sólo en la calle Jardín de los Tulipanes.
“Si tuviéramos dinero lo haríamos, hasta un búnker haríamos de nuestra casa, pero no es así, por eso también pagamos nuestros impuestos, para que den más vigilancia, y muy pocas veces se les ve por aquí a las patrullas”, recalcó Verónica Bernardino, agregando que también les preocupa que los niños puedan estar en peligro al salir a la calle, ya que en varias esquinas hay jóvenes que faltan al respeto y hasta se reúnen para drogarse.
“Nosotros entendemos que tienen mucho trabajo cuidando a todas las colonias pero hay un límite, esto ya no es digno para vivir con la incertidumbre, algo tienen qué hacer porque eso sí, para cobrar impuestos sí son buenos”, aseveró Javier Ramírez, asegurando que en muchas ocasiones no les contestan las llamadas cuando reportan una anomalía.
Frente a esta situación varios vecinos acordaron hacer rondines aleatorios por las noches, mismos que los dejan en riesgo, ya que en dos ocasiones han “correteado” a sospechosos y cuando la Policía llega, los vecinos reciben amenazas.
Falla luz a cada rato
Otro problema frecuente es el corte de la luz a toda la colonia y la demora -de hasta dos días- en que el personal de la CFE atiende para restablecer el servicio.
Cresenciana López, vecina del fraccionamiento, mencionó: “La comida se echa a perder a cada rato por la falta de luz, además hay medicamentos que necesitan refrigeración como la insulina y no es nada barata”.
Javier Ramírez agregó que el mismo ingeniero Pedro Flores de la CFE, conoce la problemática pero se limitan a decir que lo arreglarán, “pero no han hecho mucho, además, cuando se averió un transformador lo cambiaron por otro de menor capacidad, lo reportamos y nos prometieron cambiarlo de inmediato, pero después de meses sigue igual”.
Aseguraron que los mismos operarios de la CFE admitieron que el sistema no funciona y que han tenido que hacer algunas composturas, pero aún no se arregla el problema.
Los vecinos manifestaron estar cansados de la situación, aun cuando han notificado a las autoridades, sin embargo, la respuesta es casi siempre desfavorable, dejándolos en continua vulnerabilidad, pues además los apagones pueden motivar más inseguridad.