¿Sabes qué es la declaración de ausencia? Buscadoras tienen años pugnando por este recurso legal
El documento otorga certeza jurídica para obtener seguros de vida, créditos o pensiones.
Guanajuato.- Edith Lendechy tuvo que ser más que fuerte tras la desaparición de su hija Betzabeth: además de hacerse cargo de sus dos nietos, inició el proceso de Declaración Especial de Ausencia (DEA) para rescatarlos de un entorno de violencia y obtener su tutela.
Este procedimiento, que debería concluir en seis meses, se ha prolongado más de dos años, volviéndose largo y tortuoso.
Como Edith, otras buscadoras y la Comisión Estatal de Atención Integral a Víctimas (CEAIV) de Guanajuato, piden al Poder Judicial y a la Fiscalía General del Estado (FGE) agilizar este trámite, que en la práctica, asigna a las familias más responsabilidades, especialmente en temas relacionados con el cuidado de infancias y adolescencias que quedan sin tutela.
En algunos casos, lamentan las activistas, las desapariciones se extienden por más de una década, y aun así, los criterios judiciales no se flexibilizan.
Uno no se mantiene de los 30 pesos diarios que te da Atención a Víctimas. Es una cantidad simbólica”, explicó Edith Lendechy, buscadora y activista.
Por su parte, Martha Cecilia Cruz Reyes, integrante del colectivo Madres Guerreras de León, urgió: “Las autoridades, Fiscalía y los jueces, al tener una carpeta de investigación y al saber que hay una persona desaparecida, yo no sé por qué (ponen) tantas trabas".
Aquí en el colectivo hay familias que han solicitado la DEA hace más de dos años y nada pasa, aunque hay un dinero en una cuenta de banco, ellas no han podido echar mano de eso (...) A mí me consta cuando las abuelitas se hacen cargo de esos menores. (Es necesario) que los jueces sean muy conscientes, en que entreguen esos documentos a la brevedad”.
La Declaración Especial de Ausencia (DEA) es un procedimiento jurídico que suspende temporalmente las obligaciones de la persona desaparecida mientras esta aparece, sin importar la condición en que lo haga (con o sin vida).
La DEA otorga, a los familiares de la persona desaparecida, certeza jurídica para representar sus intereses y derechos, como tramitar seguros de vida, créditos inmobiliarios (evitar el despojo de una vivienda), pensiones o seguro social, además de solicitar la patria potestad de sus hijos menores, cuando se presume que la desaparición está vinculada a la comisión de un delito.
Dar certeza

De acuerdo con una ficha informativa de la CEAIV, desde la creación de esta oficina en 2021, se han iniciado 56 trámites de Declaración Especial de Ausencia (DEA), de los cuales tres ya cuentan con sentencia definitiva.
La DEA es de mucho valor para las familias, el poder actuar en ausencia de esta persona y poder hacer frente a las realidades del día a día, porque no se le puede considerar fallecida… (la no localización) genera una incertidumbre legal”, reconoció Jaime Rochín, titular de la CEAIV.
“Yo te pongo un ejemplo, que puede sonar absurdo, pero sirve para entender: para sacar el pasaporte de una persona menor de edad se requiere la presencia de los dos padres, padre y madre. No importa si están divorciados y no viven juntos, tienen que estar los dos. Ahora, si la persona está fallecida, pues hay que llevar el acta de defunción. Pero si uno de ellos está desaparecido, no había el mecanismo; entonces no te puedo dar el pasaporte”.
Por lo tanto, la Declaración Especial de Ausencia permite establecer una situación jurídica estable tanto para la familia como para la persona desaparecida. “Pero sí hay que reconocer que, por ser una ley nueva, requiere que se esté difundiendo y que el Poder Judicial, los jueces y las juezas, se sensibilicen respecto de este derecho”, añadió Rochín.
Otro beneficio de la DEA es que permite la disolución del vínculo matrimonial a petición expresa de la persona cónyuge presente.
Es importante señalar que este procedimiento solo tiene efectos de carácter civil, no de prescripción penal ni constituye prueba plena en otros procesos judiciales. Por ello, tanto la Comisión Estatal de Búsqueda como la Fiscalía General del Estado deben continuar con la búsqueda de la víctima directa.
Buscando a Betzabeth

La DEA de Betzabeth Aguilar Lendechy, desaparecida desde el 4 de noviembre de 2020 en la comunidad de Rancho Nuevo, en el municipio de Apaseo el Grande, pero residente en Celaya, está en pausa.
Su madre, Edith Lendechy, la ha tramitado para asumir plenamente la tutela de sus dos nietos.
Cuenta que, en un primer momento, no se alarmó por la desaparición de Betza. Pensó que le habían robado los teléfonos o que, como días antes su hija había discutido con su papá, esposo de Edith, ella se había tomado unos días para calmarse.
Pero una semana después, el 11 de noviembre de 2020, Edith ya estaba totalmente desesperada. Supo que, junto con Betzabeth, también había desaparecido otra mujer, Azucena, amiga de su hija. Ambas continúan desaparecidas.
Aunque recuerda que en la Fiscalía la trataron bien al presentar la denuncia, no le informaron sobre acciones concretas, incluyendo la modalidad de búsqueda en vida. En ese tiempo (2020), el fenómeno de la desaparición de personas aún era poco conocido y menos aún los colectivos de apoyo a estas familias.
Tú no sabes nada de búsqueda, de protocolos. Dices, ¿qué hago, cómo apoyo? Entonces te vas a tu casa. En mi caso, Betzabeth es hija única, ¿qué hago yo? ¿Me muero de la tristeza, de depresión? La Fiscalía no se va a dar cuenta, no va a preguntar por ti, si estás bien. Así me pasé un mes, yo marcándoles y ellos diciéndome que no estaba la persona que tenía que darme la información, pero que después se comunicaba”.
El 14 de diciembre, después de la primera marcha en Celaya para exigir a las autoridades que buscaran a su hija, “en automático, mi carpeta la sustraen de Apaseo el Grande, la traen a Celaya y se ponen a hacer todo lo que no habían hecho: a bajar las sábanas telefónicas, a ver dónde se apagó el teléfono, a buscar indicios, pero no lo habían hecho. Todo lo hicieron a partir de que yo empecé a presionar: es en esa marcha que conozco a Olimpia Montoya (hoy representante del colectivo ‘Proyecto de Búsqueda’, en Celaya)”.
Edith cuenta que, irónicamente, es hasta que empieza a buscar a su hija, a documentarse y a intercambiar experiencias, que comienza a conocer sobre sus derechos y a descubrir la dolorosa realidad sobre la procuración de justicia.
Descubres que ninguna (oficina de la) Fiscalía tiene comunicación con otra. Si tú pierdes a una persona en Silao o en León, la de Celaya no sabe nada y viceversa... Empiezas a entender que los primeros días son primordiales, que si dejas pasar un mes, ya chingaste a tu madre”.
Fue a raíz de que la activista presentó una denuncia contra el padre de sus nietos por violencia y exigió de viva voz a la CEAIV atención a su caso, que le otorgaron la DEA. Sin embargo, no hubo los cuidados necesarios y su nieta salió con los apellidos equivocados (pese a haberse proporcionado el acta de nacimiento).
“La DEA solo sirvió para perjudicarme (porque quedaron suspendidas las denuncias por pensión alimenticia y por los delitos denunciados). Se supone que ahorita, en enero, ya va a estar rectificada, pero ¿mientras? Como le dije al licenciado, ustedes pueden decir que los juzgados tienen 15 días de vacaciones. Pero para mí es un año más que ustedes no me han resuelto nada”.
Enfrentan buscadoras muchos obstáculos
El proceso de Declaración Especial de Ausencia (DEA) establece que uno de los primeros pasos es la publicación de edictos, tanto en el Periódico Oficial del Gobierno estatal como en periódicos comerciales.
En el primer caso, esos edictos son gratuitos, pero en el segundo no, lo que representa uno de los muchos obstáculos que enfrentan las buscadoras.
El proceso de la DEA, al menos en Guanajuato, ha sido complejo, porque no todos los juzgados lo aceptan; algunos los han rechazado, tal vez porque no está bien fundamentado. En el colectivo tenemos diferentes compañeras que ya están en el proceso de iniciar, algunas han tardado hasta dos años en que les salga la sentencia”, comentó Olimpia Montoya.
Por su parte, Martha Cecilia Cruz comentó que en León, unas ocho familias de su grupo han solicitado la DEA a la Comisión Estatal de Víctimas, pero no han tenido respuesta. Algunos procesos llevan más de dos años.
“Las familias necesitan ese documento para poder hacer movimientos que quedan pendientes, como en bienes, créditos y deudas. Hay casos donde hay dinero depositado, pero la beneficiaria no ha podido hacer ningún movimiento porque no tiene la DEA.
En otro caso, una compañera está pidiendo la custodia de los tres hijos de su hija desaparecida, también lo necesita. Otro caso es el de una mujer cuyo esposo tiene bienes, que están a nombre suyo y de dos hermanos, quienes reciben renta, pero no le pasan su parte. Ella necesita el documento. Los hermanos quieren vender la propiedad, pero no pueden porque no está el tercer hermano, entonces, ella pide que la tomen en cuenta y le den lo que le corresponde.”
La activista contó que la DEA es necesaria para que las abuelas o familiares puedan inscribir a los niños e hijas de madres desaparecidas.
Esa fue una de las razones por las que Edith Lendechy solicitó el trámite. Al pedirle al padre de sus nietos realizar el trámite escolar, descubrió que los niños vivían situaciones de violencia, lo que la llevó a solicitar la patria potestad de manera urgente y formal.
Todas las que tenemos a alguien desaparecido, tenemos esa prioridad (de acelerar los procesos). Y más las abuelas, en mi caso, yo no soy muy joven, pero estoy entera para pelear por ellos (mis nietos), pero conozco a muchas compañeras que no tienen la misma suerte”.
Con este estado de indefensión, “nos exponemos a una repetición de los hechos, porque un niño que no estudia, ¿qué hace para salir adelante? Vende bolsitas (de droga) de a 100”.
AAK
AManece Guanajuato
Mantente al día con las últimas noticias de Guanajuato, suscríbete gratis con tu correo
