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Reforma a la Ley del Infonavit, lo bueno lo malo y las viviendas

Dentro de lo malo, definitivamente hemos visto que cuando el Estado se convierte en empresario no es eficiente y sí es susceptible de corrupción.

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Reforma a la Ley del Infonavit, lo bueno lo malo y las viviendas

La controversial reforma a la Ley del Infonavit, aprobada por el Senado, presenta tanto ventajas como desventajas. La principal discusión fue en torno al uso de los ahorros de los trabajadores en el rubro de las subcuentas de vivienda en el Afore.

Se usarían hasta 2.4 billones de pesos de las subcuentas de vivienda de los trabajadores para financiar la construcción de un millón de viviendas de interés social durante el gobierno de Claudia Sheinbaum; en un principio se tiene la planeación de 500 mil casas.

Se da la opción de que el otro medio millón de viviendas pueda ser edificado por otras empresas privadas, a la par o en forma posterior a las que haga la empresa filial del Infonavit.

Lo bueno, por un lado, el gobierno argumenta que la reforma busca garantizar el derecho de los trabajadores a una vivienda digna y asequible, facilitando el acceso a inmuebles de interés social.

Se prometen mecanismos de supervisión por parte de la Secretaría de Hacienda, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y la Auditoría Superior de la Federación (ASF) para asegurar una gestión transparente de los recursos.

En sus consejos se mantendrá la representación de los tres sectores: trabajadores, empresarios y gobierno, en los órganos relevantes del Instituto.

Se busca congelar hasta dos millones de cuentas impagables y dar facilidad a los deudores y morosos.

Con la reforma, el Infonavit reiteró que continuará ofreciendo créditos de compra y mejora de vivienda a sus derechohabientes y que además “generará rendimientos a las Subcuentas de Vivienda” con el propósito de entregarles sus ahorros una vez se hayan pensionado.

Lo malo, la oposición y algunos sectores de la sociedad, tanto empresarios como sindicatos de trabajadores, expresan preocupaciones sobre el uso de los ahorros de los trabajadores para financiar estos proyectos.

Argumentan que esta acción podría considerarse una expropiación de recursos y plantean dudas sobre la eficacia y transparencia en la administración de los fondos.

El Infonavit crearía una empresa para la edificación de viviendas que no sea necesariamente “una paraestatal”, sino una sociedad civil de capital variable, con la supervisión de las instancias referidas.

Dentro de lo malo, definitivamente hemos visto que cuando el Estado se convierte en empresario no es eficiente y sí es susceptible de corrupción. Solo faltaría que incluso esta función se le otorgara al Ejército, que de por sí ya tiene docenas de funciones empresariales.

Lo feo del asunto serían las viviendas que se busquen construir, como ha ocurrido durante la historia en muchos proyectos de vivienda social, sobre todo en los espacios pequeños para familias que finalmente fueron grandes: casas de seis metros de frente por 12 de fondo, multifamiliares, incluyendo las casas dúplex y condominios.

Se estima que actualmente hay 650 mil viviendas de Infonavit abandonadas, muchas de ellas (30%) ocupadas por “paracaidistas” o delincuentes.

La reforma propuesta por el Gobierno Federal de Claudia Sheinbaum fue aprobada con sus puntos y sus comas; ninguna modificación, ni en lo general ni en lo particular, de la oposición, fue tomada en cuenta.

Seis horas de discusión no fueron suficientes para considerar las propuestas de adiciones o cambios.

El riesgo principal en el uso de los recursos de los fondos de subcuentas de vivienda de los trabajadores es la ineficiencia tanto en la construcción como en el otorgamiento de los créditos a los trabajadores y/o la recuperación de los mismos. Todo está en veremos…

LALC

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