El Papa salesiano
En esta columna, en febrero del 2013, ya con la renuncia de Benedicto, escribí “El Papa Jesuita” y antes, el 2012, en julio, “El próximo Papa”.
En esta columna, en febrero del 2013, ya con la renuncia de Benedicto, escribí “El Papa Jesuita” y antes, el 2012, en julio, “El próximo Papa”. En ambos afirmaba (y apostaba) que Jorge Bergoglio sería el próximo Papa. ¿En qué me basaba? ¿qué factores encontré a favor? En la necesaria fortaleza que requería la iglesia católica ante los casos de corrupción en sus finanzas y en los escándalos de pederastia, por lo que necesitaba el apoyo de una Orden religiosa con fuerte presencia mundial; además, en que Bergoglio había obtenido votos a favor en las primeras rondas de votación del Colegio Cardenalicio.
¿Factores en contra? Que los grupos conservadores dentro del catolicismo que se opondrían optarían por perfiles europeos. Benedicto al renunciar, apresuraba la sucesión para que un Papa con más vitalidad, le sucediera y Bergoglio era hijo de italianos y era una persona carismática, con fama de ser un buen pastor entre los más pobres.
En mis dos artículos recientes sobre la sucesión, “jesuitas y salesianos” (julio del 2023 y noviembre del 2024), presenté las estadísticas de cómo los salesianos habían rebasado ya en número a los jesuitas, y que Francisco, exalumno salesiano, pero jesuita, había nombrado Cardenal a Ángel Fernández, Rector Mayor de los salesianos y con quien había trabajado en Argentina. Los hijos de don Bosco, especializados en la juventud pobre en todo el mundo, tienen la mayor red enorme de colegios, obras sociales, parroquias, todas, inmersas en el mundo de los jóvenes más pobres. La lectura que hacía en estos artículos recientes, al afirmar que sería ahora la elección de un Papa salesiano, es precisamente, que el futuro de la iglesia, son los jóvenes.
El próximo Papa es poco probable sea de Asia o de África, a pesar de ser las zonas de mayor crecimiento del catolicismo; o de Estados Unidos, donde enfrentan cantidad de demandas legales de padres de familia; tampoco que fuese de América Latina (México o América Latina), pues ya tuvimos a Francisco.
Pero podría ser un europeo, es más, iberoamericano, es decir, español. Los jesuitas ya no tendrían una posibilidad; Francisco optó por consagrar Cardenales salesianos. Los jesuitas tienen ahora 6 Cardenales, pero solo 2 de ellos con menos de 80 años y que podrán votar. Los salesianos tienen ahora, gracias al Papa Francisco, 11 cardenales ya en el mundo, 5 de los cuales son electores, uno de ellos Ángel Fernández Artime, español y hasta hace poco, Rector Mayor de la Congregación Salesiana y completamente inmerso en el mundo de la juventud mundial.
Francisco fue un Papa liberal, que tuvo el apoyo no solo de su Orden, los jesuitas, sino del sector progresista del catolicismo.
Condujo la inserción de la Iglesia católica en el siglo XXI e hizo de su papado una resistencia al crecimiento global de la ultra derecha. Provocó un catolicismo más abierto a la realidad de la diversidad sexual, al autorizar a las parejas del mismo sexo a recibir la bendición de los sacerdotes e invitó a regresar a la iglesia a quienes se han divorciado. Adoptó posiciones firmes en cuestiones globales, como el rechazo a la concentración de la riqueza y a la exclusión de los inmigrantes, así como tu opción clara por la mejora ambiental.
Francisco no fue un hombre político del lado del conservadurismo como Juan Pablo II, sino de signos claros de pobreza y opción por los pobres. Francisco tuvo un gran capital político, sí, emanado de su fuerza religiosa, enviando mensajes claros a los poderosos; fue una voz profética a favor de la iglesia que opta por los más pobres; su vida evidenció que es posible ser un cristiano coherente que realmente practica el Evangelio en el siglo XXI, eligiendo las luchas correctas para preservar el medio ambiente, para evitar las guerras, para enfrentar a las dictaduras y denunciar las injusticias sociales. Por eso digo que Francisco tomó decisiones importantes para sucesión.
En los 12 años que fue Papa, fue dando nombramientos para componer el actual Colegio Cardenalicio que está compuesto por 252 cardenales, de los cuales 135 son electores y 117 son no electores. Fue él quien nombró a la mayoría de los que elegirán al nuevo Papa (108 de los 135 electores), incluyendo más cardenales de fuera de Europa y con visiones del mundo más cercanas a la suya. Europa está en medio de la guerra comercial de las dos superpotencias: Estados Unidos y China.
Por eso, la elección de un Papa europeo, que mantenga la continuidad de la pastoral social de Francisco entre los jóvenes y con el apoyo de las congregaciones religiosas, sería en mi opinión, una excelente elección espiritual, pero también política.
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