El entrenador de los astados de Neza salió contento al final del partido y fue felicitado por familiares y amigos de esta ciudad, ya que se fundieron en un abrazo y hasta lágrimas salieron de la familia Hernández Ayala.
Luego de que terminara el partido de Neza ante La Piedad, Roberto Hernández Ayala, director técnico del equipo de Toros, se dio el tiempo necesario para salir a saludar a sus amigos de infancia y familiares que acudieron al estadio Juan N. López para apoyarlo desde la tribunas.
Sus hermanos Carlos Guillermo y otros más, esperaban con ansia a Roberto, quien al salir de los vestidos hacia la calle, recibió muestras de apoyo y felicitación; tíos, primos, sobrinos y hermanos, contentos de alegría, querían abrazarlo.
Carlos, uno de los hermanos de Roberto, se fundió en un abrazo con el director técnico de Neza, a quien en un momento le brotaron las lágrimas de gusto, porque su hermano menor ha logrado en poco tiempo, lo que muchos entrenadores del futbol mexicano quisieran: una final de ascenso en su primera temporada con Toros a pocos partidos de haber tomado las riendas.
Carlos, entre palabras entrecortadas, le dijo algo a Roberto, quien le respondió con un abrazo de hermanos y le acarició el pelo, en señal de aprobación del comentario, que sólo ellos, como hermanos, supieron.

Por Leonardo Córdoba Hernández

Escrito en Opinión el 16/5/2013 · 00:00