A fuerza de ser sinceros, ilusos eran los que esperaban una fuerte inversión del Club León en el Draft y aun cuando la directiva había dado a entender que no soltarían billete, la sensación que queda después de anunciar los fichajes es amarga.
Iván Piris, Alan Cervantes, Miguel Herrera, Felipe Rodríguez y Mauro Laínez son las contrataciones surgidas del régimen de transferencias que tendrán que ganarse con lo que hagan en la cancha el título de verdaderos refuerzos.
Si valoramos, Rodríguez representa la mejor adquisición. El portero fue clave en varios partidos para que el Morelia salvara la categoría.
Cuando aquí se tuvo el bache de Yarbrough, el nombre de Felipe aparecía como una buena opción. Si bien William no la tendrá fácil y si no se aplica se le irá la titularidad, Felipe Rodríguez estará encomendándose a que la sensatez prevalezca en Torrente y a este no le tiemble la mano para darle la oportunidad. 
Por cierto, gracias Toño Rodríguez, suerte en Tijuana, lo que te pasó aquí no fue nuestra culpa…
Con Miguel Herrera Aquihua se encontró el perfil del defensa necesario para estar listo a pelear la titularidad con Novaretti y Nacho, así como para estar dispuesto a soportar la banca sin hacer tormentas de vestidor.
Alan Cervantes es una de las joyitas de Chivas que sólo viene a préstamo y Mauro Laínez, un chico pundonor que tratará de llamar la atención al igual que su hermano Diego, el americanista.
Alan y Mauro representan promesas en el futbol mexicano, de esas que cuajan en la medida que ellos mismos se abren paso. No obstante, el traerlos es un gancho al hígado a los valores de ya varios años en las Fuerza Básicas del Club León, que mientras se tomen estas decisiones no se consolidarán y de estar a un paso del máximo circuito, terminarán en el Ascenso, más abajo o de plano perdidos en los torneos amateurs.
Lo de Iván Piris es el colmo. Si no lo quieren en Monterrey es por algo y él argumenta su negativa de venir por ser un traspaso temporal. Quizá no sepa que desde hace ya varias décadas los futbolistas son muy temporales en los equipos. Vaya pues, si no quiere venir, que no venga.
A estas alturas suena complicado que caiga una contratación bomba del extranjero para afianzar al equipo esmeralda de cara al siguiente torneo. Se integrarán Ceratto y Ramos y párale de contar.
A León, no el club si no la ciudad, no le queda más que apegarse al dicho de ‘a ajo y agua’, es decir, a joderse y aguantarse.
En esto no se puede meter las manos a pesar de que los deseos de que se arme un trabuco están en los corazones de todos. Por lo pronto se deberá aguantar la piedrita en la víscera de ver a otros reforzarse con al menos una figura de primera clase.
Todo queda ahora en las manos de un técnico que terminó el pasado torneo invadido por un torrente de dudas y que con el actual armado del equipo, comenzará el que viene en las mismas circunstancias.
Elías, Boselli, ‘Chapito’, Nacho, Mejía y Andrade necesitarán complementarse con el mejor reforzamiento que puede tener un equipo: una excelente estrategia de juego y una mentalidad ganadora.
Si Torrente no logra eso ya nos jodimos, y lo peor de todo, nos tendremos que aguantar.

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