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¿Y el agua, apá?

Es inminente un verano en León, donde la alta temperatura y un cambio en el patrón de las lluvias harán escasear a niveles dramáticos la disponibilidad de agua

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¿Y el agua, apá?

Gente querida: por 27 años he compartido con ustedes reflexiones y acciones sobre la principal restricción estructural que tiene esta bendita tierra: el agua. Sigo, necio, en advertir y en incitarles a que reconozcamos que el agua es nuestro gran desafío. Sin agua, León "no vale nada". 

Recordemos: es el agotamiento de la cuenca pues acabamos con la Sierra de Lobos y no tenemos cultura de "sembrado" y reciclado del agua. Está por llegar el verano y el inicio de las lluvias es esperado, pues tenemos sequía y tendremos más calor y menor humedad relativa. No ha llovido ni se ve para cuándo. Rompimos el ciclo del agua; deforestamos y no reaprovechamos nuestra agua y la vemos pasar por el Malecón en su camino a Chapala.

La experiencia de Monterrey es dramática y puede pasar en León. El agua no es lamentablemente un asunto que preocupe a la sociedad, a las empresas o al gobierno. Siento el estrés hídrico de nuestros árboles y constato el nivel de nuestras presas. No tenemos un liderazgo real para que la inminente sequía nos sacuda la razón y nos mueva a la acción. Es inminente un verano en León, donde la alta temperatura y un cambio en el patrón de las lluvias harán escasear a niveles dramáticos la disponibilidad de agua. Es el "periodo de retorno" del patrón de lluvias de un "año seco".

Se me acaba el calendario y mi contribución fue formar a jóvenes y masters en cultura del agua en las aulas universitarias e intenté, sin éxito (soy un ciudadano con muchas ganas, pero no soy hombre de dinero), poder participar en los Consejos donde el gobierno toma decisiones. Por décadas construí "modelos", como el de nuestra cuenca hidrológica y que representan suficientemente esta realidad (algo que en una maqueta digital tendrá La Libélula en el Centro de Ciencias Explora).

Recordemos que el agua que usamos se obtiene o de sistemas superficiales que escurrían de la sierra hacia la Presa del Palote o se extrae de pozos profundos recurriendo a agua que tiene miles de años almacenada en el subsuelo. Nuestra verdadera sustentabilidad está en las microcuencas de la parte norte de la ciudad y en pusiera Sapal un banco que financie a los ahorradores y a los innovadores en tecnología del agua.  Insisto en que León podría ser "La Meca del Agua" y desarrollar una industria alrededor de nuestra necesidad. Los periodos de retorno de las lluvias se cumplen y los ciclos de sequía inexorablemente también.

Si no pensamos diferente a nuestro ecosistema y a Sapal, por más presas que hagamos, nos quedaremos sin agua. Una ciudad sin agua pierde valor a ojos de sus potenciales inversionistas, de sus visitantes. Para calcular el tamaño de la sequía, es posible usar ese modelo sencillo del "balance hídrico" para reflejar que extraemos más de lo que infiltramos e incluir las variables de entrada, proceso y salida al "sistema" para medir el "desbalance" y el abatimiento del manto freático.

Debo terminar este año el libro "Gota a gota" sobre sustentabilidad ambiental de nuestro ecosistema, como lo escribí en "León Verde" hace 10 años y que refleja el tamaño de la crisis. Por ello, Sapal tiene cada vez más problemas en surtir de agua, frente a una población de casi 2 millones de habitantes. La solución factible está en las casas, en el reciclamiento, en la comercialización de agua tratada y en el ahorro de cada uno de nosotros. Sapal se deberá convertir en un banco que preste a los ahorradores y les financie sus proyectos. Estamos ya sin la Presa el Zapotillo, con poco tiempo para reforestar la Sierra de Lobos (iniciamos en 1998 con Jorge Arena la gran campaña que tiene hoy pinos que sobreviven) y con unos 350 egresados de UTL formados en tecnología y química del agua para el reciclamiento.

Ya sentimos estos días la sed enorme por la sequía y recordaremos que León sin agua valdrá mucho menos de su valor actual real. Entonces, el cuidado del agua no es solamente una cuestión de principios, sino que se puede -y debe- convertir en una fuente de empleos para los leoneses. Mientras, a preparar la semana próxima, las campañas de reforestación. No lo olvidemos. ¿Y el agua, apá? 

 

 

 

 

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