Otra historia turbia en un estado infiltrado por el crimen organizado
Información en poder de la fiscalÃa general del estado de Guerrero apuntaba a que un miembro de su propio equipo habrÃa sido el encargado de entregar al alcalde priista de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, a Los Ardillos, el grupo criminal que lo decapitó.
Información en poder de la fiscalÃa general del estado de Guerrero apuntaba a que un miembro de su propio equipo habrÃa sido el encargado de entregar al alcalde priista de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, a Los Ardillos, el grupo criminal que lo decapitó.
Un nuevo escándalo estalló ayer en Guerrero, cuando la propia fiscalÃa aprehendió por el asesinato del edil al capitán retirado Germán Reyes Reyes.
El pasado 6 de octubre, a solo seis dÃas de haber tomado posesión del cargo, Arcos Catalán inició una gira por distintas localidades para revisar los daños provocados por el huracán John. En Tepechicotlán se despidió de su equipo. Sus escoltas se quedaron esperándolo en ese sitio, mientras él se internó con rumbo a Petaquillas, un territorio totalmente controlado por Los Ardillos.
El nuevo alcalde atravesaba una situación infernal. El 27 de septiembre habÃan asesinado de diez tiros el capitán Ulises Hernández, quien iba a tomar posesión como secretario de Seguridad Pública de su gobierno.
El capitán habÃa anunciado que llegarÃan con él a la corporación diez nuevos mandos. El aviso no gustó. Se dijo que esos mandos procedÃan de municipios que se hallaban bajo el control de Los Ardillos. Para impedirlo, según las investigaciones, Los Tlacos, que controlan la zona urbana de Chilpancingo, ordenaron la muerte del militar.
Sin que aún estén totalmente claros los motivos, el alcalde Arcos Catalán viajo solo a Petaquillas para sostener una reunión, presuntamente con el lÃder de Los Ardillos: su cabeza fue encontrada horas más tarde en una avenida de Chilpancingo.
A Arcos lo sustituyó, en medio del torbellino provocado por el asesinato, el médico Gustavo Alarcón Herrera, quien anunció, diez después del homicidio, que la secretarÃa de Seguridad quedarÃa "bajo la dirección de un encargado de despacho, por un convenio entre el gobierno municipal y estatal". El nuevo alcalde se negó a proporcionar detalles sobre dicho arreglo, pero aseguró que era "para garantizar que el municipio no quedara desprotegido".
A resultas de ese convenio, y sin que se hiciera público, el capitán Germán Reyes Reyes quedó como responsable del despacho.
Reyes Reyes venÃa de la fiscalÃa general del estado, donde habÃa ocupado el cargo de fiscal de delitos graves, bajo la gestión de la teniente coronel Sandra Luz Valdovinos Salmerón, la controvertida fiscal de Guerrero que acusó a la gobernadora Evelyn Salgado de haberla amenazado de muerte y de "ordenar a terceros privarla de la vida, incomunicarla o desaparecerla forzadamente por no haber querido renunciar al cargo".
Valdovinos Salmerón fue separada del cargo luego del asesinato a sangre frÃa del estudiante normalista Yanqui Kothan por parte de policÃas estatales, y de que la fiscalÃa y la SecretarÃa de Seguridad Pública de Guerrero apoyaran la versión de que el alumno habÃa perdido la vida en un enfrentamiento, en "un hecho netamente delictivo".
La funcionaria no admitió su remoción y respondió que acudirÃa a las instancias correspondientes: "Informo que haré valer mi derecho de audiencia ante el Congreso para transparentar las acciones que esta fiscalÃa realizó por los lamentables hechos que derivaron en la muerte de Yanqui Kothan". Sin embargo, la fiscal fue removida en marzo pasado.
Desde dos años antes, organizaciones sociales y de derechos humanos la acusaban de haber establecido acuerdos "para meter a Guerrero grupos criminales de Sinaloa" y de solicitar renuncias o abrir carpetas de investigación a comandantes y policÃas ministeriales vinculados con organizaciones locales. Se le responsabilizaba de no haber contenido el severo repunte en los homicidios que sacudÃan Acapulco, Chilpancingo e Iguala.
La primera acusación nunca se probó. Pero se habÃa desatado en todo caso una guerra por el control de la fiscalÃa, que finalmente quedó bajo el control de Evelyn Salgado.
Desde esa fiscalÃa se decidió, en virtud con un acuerdo con el nuevo presidente municipal de Chilpancingo, que el capitán Gerardo Reyes Reyes quedara como encargado del despacho de la SecretarÃa de Seguridad Pública.
Fuentes locales de seguridad indican que, como fiscal de delitos graves, Reyes Reyes fue señalado de extorsionar y vender protección a diversos grupos criminales. Se afirma también que desde ese puesto llevó una investigación sobre el escandaloso video en el que la alcaldesa Norma Otilia Hernández apareció reunida con el lÃder de Los Ardillos, Celso Ortega.
Hoy, los mismos que lo llevaron a encargarse del despacho lo acusan de haberse involucrado con Los Ardillos y de haber "puesto" al alcalde Alejandro Arcos: otra historia turbia en un estado infiltrado totalmente, desde la cúpula, por los acuerdos con el crimen organizado.
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