¿Adiós al mundial de clubes?
Y por eso mismo existe otro elemento que también podría utilizar el Club León en su defensa, me refiero al principio jurídico universal que dice: 'primero en el tiempo, es primero en derecho'
La reciente decisión de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), que deja fuera a nuestro equipo León del Campeonato Mundial de Clubes, lugar que se había ganado en la cancha y que se pierde por supuestamente violar un reglamento que no se conocía y que entró en vigor con posterioridad a la clasificación, solo viene a confirmar que el futbol mundial es otro giro negro lleno de corrupción y opacidad.
Esta decisión simple y llanamente viola el principio jurídico de la no retroactividad, que prohíbe la aplicación de los efectos de una ley o reglamento surgido o acontecido antes de su entrada en vigor. Este principio asegura que las leyes o reglamentos no tengan efectos hacia atrás en el tiempo, y que solo se apliquen a partir de su vigencia. Con este solo argumento el Club León podría ganar la apelación que se dice llevarán a cabo los dueños ante los tribunales deportivos internacionales.
La FIFA toma esta decisión con el “argumento” de que el reglamento de la competencia prohíbe la participación de dos equipos del mismo dueño (multipropiedad), en este caso León y Pachuca. Sin embargo, dicha norma fue publicada después de que ambos equipos habían conseguido su pase al campeonato al haber ganado la liga de Campeones de la Concacaf, León en el año de 2023, y el Pachuca en 2024. Es decir que el León clasificó primero que el Pachuca.
Y por eso mismo existe otro elemento que también podría utilizar el Club León en su defensa, me refiero al principio jurídico universal que dice: “primero en el tiempo, es primero en derecho”, y que señala que en caso de haber controversia en partes que alegan iguales derechos, se entiende que tiene preferencia la parte que primero haya realizado un acto con efectos jurídicos.
Es tan inexplicable la decisión de la FIFA de expulsar al León quien calificó primero, como incomprensible el silencio que ha hecho el Grupo Pachuca sobre ese punto en particular. ¿Quién tomó esa decisión, la FIFA por considerar que el León ya había asistido a un mundial de clubes? O ¿se dejó en manos del dueño del Grupo Pachuca?, quien habría preferido salvar al Pachuca, relegando en importancia a nuestro equipo, a pesar de que el León es una institución con una historia y afición muchísimo más grande.
Tratar de demostrar que ambos equipos se manejan deportiva y administrativamente por separado, parece una tarea complicada, pues aún y cuando las acciones que controlan a la empresa dueña del Club León se hayan depositado en un fideicomiso, las declaraciones mediáticas de los dueños del equipo, en el sentido que lo podrían vender anticipadamente, indican que las decisiones siguen siendo de una sola persona que tiene la propiedad mayoritaria e influye en la administración de ambos clubes.
Se puede tratar de separar ambas instituciones con instrumentos legales sofisticados, pero lo que es indisoluble (y qué bueno) es la relación y ascendencia de un padre hacia un hijo, y pareciera que la FIFA es lo que quiere señalar, pues alegaría que ese hecho influye de manera indiscutible en la independencia de un club con el otro, algo que dicen podría afectar la integridad y la justicia deportiva.
Esperemos y apoyemos al Club León en su intento de hacer valer el derecho y la justicia, pues si se logra revertir la decisión, podría renacer la esperanza de que el deporte y la ley están por encima del dinero; de lo contrario se podría confirmar que la FIFA está encabezada por una piara de marranos a quienes lo deportivo les vale un cacahuate, y donde lo económico es lo más importante.
RAA
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