El proceso Scopes
Es sorprendente que cien años después siguen dándose casos para prohibir la enseñanza de la teoría evolutiva humana.
Por increíble que parezca siguen dándose casos en el mundo contra la teoría de la evolución. Hace cien años, en la ciudad de Daytona en Tennessee, en julio de 1925, el maestro de biología John Scopes fue juzgado por haber cometido el crimen de enseñar la teoría de la evolución humana.
En la sala de juicio se encontraba el periodista Watson Davis quien trabajaba en la revista “Science News Letter”, que posteriormente y en la actualidad se llama “Science News”. Es sorprendente que cien años después siguen dándose casos para prohibir la enseñanza de la teoría evolutiva humana.
El juicio Scopes estaba bajado en una Ley estatal del Estado de Tennessee que prohibía la enseñanza de esta teoría a pesar de que en 1925 ya había evidencia sólida de que los humanos realmente evolucionamos de ancestros homínidos: En 1856 en Alemania se encontraron fósiles de Neandertal y del Homo Erectus en Asia en 1981, además de varios humanoides en África en 1924, entre muchos otros.
A pesar de esto la prohibición de enseñar la teoría de la evolución se mantuvo otros cuarenta años con otro litigio en el Estado de Arkansas contra la maestra Susan Epperson.
Los maestros de Arkansas debían evitar mencionar esta teoría y señalar a sus estudiantes que era ilegal leer sobre esto. Hasta 1968 la Suprema Corte determinó que esas leyes estatales eran anticonstitucionales. Sin embargo, el asunto no terminó aquí pues en las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado, se introdujo la “ciencia” del creacionismo, que es la creencia bíblica de que el universo y toda la vida fueron creados por Dios, en los programas escolares.
La revista “Science News” en 1982 reportó sobre otra ley del Estado de Arkansas que propone: “el tratamiento balanceado de la ciencia de la creación y de la ciencia de la evolución”.
La Unión de Libertades Civiles de Norteamérica presentó una demanda señalando que el creacionismo no es una ciencia, como resultado la Ley de Arkansas fue declarada inconstitucional. Sin embargo, desde el año 2000 los creacionistas han regresado a las aulas con el disfraz del llamado “Diseño inteligente”.
Este punto de vista sostiene entre otras cosas que los organismos son estructural y bioquímicamente tan complejos que no pudieron haber sido creados por leyes naturales.
Contra todo avance científico hay personas que, bajo diferentes disfraces, pretenden introducir ideas netamente religiosas dentro de los programas académicos de educación básica. Esencialmente el diseño inteligente es un argumento pseudocientífico a favor de la existencia de una “Inteligencia Creadora universal”, lo que supondría una prueba a favor de la existencia de Dios.
El diseño inteligente es una forma de creacionismo, es una postura anti-evolución natural, que pretende presentar una "visión científica", pero que realmente carece de respaldo empírico científico y no ofrece hipótesis verificables o sustentables, por lo que no se considera una ciencia.
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