Guanajuato.- En Guanajuato 389 mil personas tienen la necesidad de buscar dos o más empleos para completar sus ingresos.

Alonso Cortés Gómez forma parte de los trabajadores subocupados que buscan aumentar su jornada laboral para obtener más dinero.

El joven de 24 años es estudiante de la Licenciatura en Nutrición, en diferentes momentos ha combinado sus trabajos como entrenador en un equipo infantil de futbol, para más tarde ocuparse en una carpintería.

Detalló que la combinación de ocupaciones lo debe hacer ante la necesidad de completar sus pagos universitarios ya que sus papás le ayudan con parte del pago de la colegiatura.

Precisó que ha estado trabajando pero no de forma constante, se ocupa un mes en un sitio hasta que le dan las gracias y nuevamente cambia de empleo. Entre las ocupaciones que ha tenido ha sido de carpintero, entrenador de futbol, empleado en un comedor, mesero y chef.

Señaló que tiene dos años sin un empleo permanente. Previamente trabajó en una maquila y un comedor. El estudiante dijo que tiene la limitante de comenzar a trabajar después de las diez de la mañana en adelante. Su último trabajo fue en un local de comida pero cerró por la falta de comensales a consecuencia de la pandemia.

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Al cierre del año pasado 389 mil 88 personas estaban subocupados, esto de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

La estadística define a la subocupación como parte de la población que tiene la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le permite.

En la entidad el 43% de los trabajadores subocupados están en un rango de 40 a 59 años.

La mayor cantidad de los trabajadores con doble empleo se concentra entre quienes su formación es secundaria, en este apartado sumaron 146 mil.

Del total de personas subocupadas 270 mil se vieron afectados por una caída en el ritmo laboral de su actividad.

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Combina negocio con trabajo

Luis Fernando Galván Herández ha recibido 50 rechazos en empresas a las que ha acudido a pedir trabajo, de ellas 6 en Puerto Interior que lo citaron para una entrevista y nada pasó.

El estudiante de 21 años tiene un negocio de estilista canino que combina con un trabajo en un restaurante familiar. Los fines de semana ayuda en eventos para revisar que todo se desarrolle de forma correcta.

Detalló que el negocio canino está bien para él que es estudiante, su búsqueda es para generar sus prácticas profesionales ahora que terminó su formación en proceso automotrices en la UTL.

Explicó que un tiempo completo se le complica con sus estudios. Reconoció que se le ha complicado conseguir una oportunidad. Este proceso le falta para estudiar ingeniería.

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MCMH