***
El conflicto en Tula exhibe un desgaste que el alcalde Cristhian Martínez ya no puede seguir ignorando. La toma de la presidencia municipal por parte de trabajadores sindicalizados no es un arrebato, sino la consecuencia directa de una gestión que, según los propios empleados, ha desmantelado derechos básicos como el acceso a la salud y ha priorizado gastos personales sobre obligaciones laborales. La negativa del edil a dialogar solo agrava la percepción de un gobierno insensible y distante.
***
A propósito de su cumpleaños, ojalá que el festejo de Andrés Caballero Zerón no incluya celebraciones en El Mexe, con “invitados” en autobuses retenidos con frituras y refrescos repartidos por los grupos que él mismo ha permitido que actúen con perjuicio a la sociedad. Si así celebra, no extraña cómo gestiona.
***
El atropellamiento en la calle Ocampo volvió a exhibir lo que muchos habitantes de Zacualtipán ya reprochaban: el gobierno de Amado Pérez Hernández ha dejado que el desorden vial y el abandono urbano se conviertan en regla. Se suma la polémica por la presidenta del DIF obstruyendo la vía pública y las denuncias de censura a quienes se atreven a cuestionar. El alcalde insiste en presumir administración “ejemplar”, pero la realidad que viven los ciudadanos es otra.
***
La retención de trabajadores de la CFE en Cruztitla, Huejutla, evidencia un desgaste social real, pero nada justifica recurrir a prácticas que ponen en riesgo a personas ajenas al conflicto. La desesperación por las fallas eléctricas no puede convertirse en un permiso para violentar derechos ni para utilizar a empleados como moneda de presión. Estas acciones tensan la relación con las instituciones y normalizan métodos que profundizan el clima de confrontación en las comunidades.
***
La partida de don Germán Corona del Rosal deja un vacío enorme, pero también un legado que se sigue sintiendo cada vez que los Tuzos pisan la cancha. No cualquiera puede presumir haber llevado al Pachuca a su primer ascenso y, además, haberle dado identidad al bautizarlo como “Tuzos”. Su nombre quedó ligado para siempre al futbol hidalguense, pero también a una vida pública destacada.
ACLARACIÓN:
Los comentarios expresados en esta columna de opinión no son información noticiosa ni necesariamente verídica. Provienen del libre derecho de expresión y forman parte de dichos, trascendidos o comentarios.