Representarán a Cristo hasta que les quede fuerza

Este año Ray Israel Villegas cumplirá una década interpretando al nazareno del tradicional viacrucis viviente del Barrio de San Miguel, el más antiguo de la ciudad.

“Estuve pensando en que ya iba ser el último año de interpretar a Jesús, hay más personas que quieren el papel. Pero hasta que yo pueda hacerlo seguiré y hasta que Dios quiera, uno no sabe que va a pasar” comentó.

Los hermanos de Ray no creyeron su idea de que ya iba dejar el viacrucis, ni tampoco le creyó su esposa Cecilia Ramírez quien nunca ha ido a verlo.

“Yo hago el trabajo duro en la casa porque lo curo con árnica y capitana. No voy a verlo, no me gusta”, platicó Cecilia.

Ray Israel llega a recibir hasta 400 azotes.

El personaje de Jesús platicó que fue invitado para representar al nazareno en otras colonias como Chapalita y Jacinto López: “les dije que no porque yo aquí tengo mi compromiso y además son del barrio”.

Ray dejó crecer nuevamente su cabello, se lo había cortado para donarlo a niños con cáncer. Este año usará el mismo traje del año pasado, la misma corona de espinas de huizache y sus sandalias.

“El traje que utilizaba era de mi hermano Martín que fue Cristo 15 años, pero en el viacrucis de hace tres años me lo robaron ahí mismo al terminar en el Jardín de San Miguel”, contó.

El traje que ahora utiliza se lo regalaron, “me lo hizo una conocida que tiene un hijo drogadicto para que pida por él “.

Se preparó durante 6 años

Diariamente Francisco Javier Alvarado de 30 años, despacha una gasolinera en la colonia León II, pero en Semana Santa dará vida a Jesús en el vuacrucis de Chapalita.

Hace 6 años fue su primer participación y ha interpretado distintos personajes, sin embargo, aseguró que cuando el señor que representaba a Jesús faltaba, él ayudaba en los ensayos y así aprendió los diálogos.

“En el trascurso de 6 años me preparé, me apredí el guión y la interpretación, sí es muy extensa ya que empezamos desde el domingo de Ramos hasta la Resurrección” dijo Francisco.

Lo que más le gusta del pasaje bíblico es la oración en el huerto, el jueves santo.

La cruz que cargará pesa entre 80 y 90 kilos.

“Una semana antes se hacen los ensayos con la cruz, todo con el fin de adaptarme al peso y saber cómo cargarla”, afirmó.

Agregó que días antes es azotado para que el cuerpo resista ese día.

El vestuario lo mandó hacer con asesoria de la persona que antes representó a Jesús.

“Hacer a Jesús me marcó la vida, ya tengo una manera diferente de pensar, ahora soy más consciente”, platicó.

Su mejor satisfacción es que al final recibe buenos comentarios de su participación.

“Los comentarios de los niños, son los que me alegran más porque es puro y sincero, que me digan que hice una bonita representación se siente bonito”, finalizó.

El judío más odiado del barrio de San Miguel

Durante Semana Santa, Edgar Israel Hernández Cabrera es uno de los hombres más ‘odiados’ del barrio de San Miguel, ya que él representa al Judío Errante en el viacrucis de esa colonia.

Edgar representa a uno de los personajes que van azotando a Jesucristo; él le da tremendos ‘patadontes’ y golpes a su compañero Israel Villegas (nazareno) en su camino al Calvario.

“Me friego al nazareno, no le hago nada más que lo que marca el libreto. Le pegamos con baras, que tiene tiras de piel ni siquiera es cuero porque el cuero es más duro”, dijo Israel quien tiene 17 años participando en ese viacrucis.

Ha interpretado otros personajes como el de ladrón y Caifás, pero desde hace siete años comenzó a personificar a Samuel Belibeth (judío errante).

Aunque todos los papeles le han gustado, no pudo negar que el que más le agrada es el de Samuel Belibeth pues ahora ya no le pegan sino que él pega.

“Todo tiene lo suyo, pero por gusto me gusta más el de Samuel antes cuando era ladrón me fregaban a mi y ahora yo friego. No siento feo porque dentro de todo se cuida al Nazareno se les va preguntando cómo van. Incluso por ejemplo el nazareno que es Ray en ocasiones dice que le demos más fuerte, lo respeto mucho”, explicó.

Él al igual que sus compañeros tratan de no dar malos golpes que puedan generar un lesión grave.

Sabe que su papel lo hace bien porque logra que la gente que va a ver el viacrucis lo maltratan y hasta le mientan “la madre”.

“Me maltratan mucho, si la gente se mete al grado de maltratarme. En aquel tiempo se burlaban de Jesús, hoy que la gente conoce la historia y si tu logras que la gente se meta contigo al grado de maltratarte es porque algo estás haciendo bien y es porque me la creen”, dijo Edgar quien ya tiene listo su morrión y su coraza.

Lleva más de 4 décadas participando en el Viacrucis

El Poncio Pilatos del Calvario, interpretado por Teodoro Muñiz Mejía, ha participado desde hace más de 40 años en el viacrucis.

El primer personaje fue de soldado, posteriormente Caifás y años más tarde le dieron el papel de Poncio Pilatos, el cual ha interpretado desde hace 20 años.

Según Teodoro, desde pequeño acudía a los Viacrucis y al percibir los sentimientos que fluyen en la representación de la crucifixión de Jesús, todos los años comenzó a acudir como espectador de los ensayos en el templo del Calvario.

Con el tiempo Teodoro decidió participar y preguntó cómo podía hacerlo y la encargada, en ese entonces, de la organización del Viacrucis le dijo que sólo debía tener muchas ganas de participar y hacer su vestuario.

Desde entonces, participar cada año y fue su devoción y dedicación las que le merecieron ir cambiando de papeles. Actualmente es el encargado general de la organización del Viacrucis del Templo del Calvario.

En la vida cotidiana, se desempeña como encargado de un salón de fiestas.

Está casado, tiene 4 hijos de los cuales sólo uno representó, por algún tiempo, a Herodes.

“Se siente bonito, pero a la vez también uno dice chin… ya me estoy haciendo viejo y al rato voy a tener que colgar los zapatos, porque se le olvida a uno los jóvenes, aunque es muy difícil porque ya casi no les gusta participar”, refirió.

Dijo que en los últimos 40 años ha notado que la cantidad de gente que participa en el Viacrucis es cada vez menos.