Dentro de la numerosa y variada producción del maestro Guillermo Samperio (1948-2016) llegué a este libro de cuentos publicado por Páginas de espuma en 2002. Un caleidoscopio magistral de 22 relatos que, apegado a la traducción literal del griego de este artilugio, nos permite a los lectores observar “bellas imágenes”, pues la capacidad para describir ambientes y estados de ánimo del escritor se hallaba quizás en su mejor forma. 

Al pintor Eugène Delacroix se le atribuye la frase, dadme barro y pintaré la piel de una venus. Ante el asombro de la concurrencia, añadió: pero permítanme usar alrededor los demás colores de mi paleta. De igual manera, Samperio despliega arte e imaginación para dibujar mujeres diversas, que se tornan aún más interesantes al estar envueltas en atmósferas eficaz y elegantemente bordadas por la palabra. 

“Puñales finos señalaron el contorno de un sueño que fue deseo, carne serena, desvanecimiento. Que fue lluvia arremolinada y luego silencio ligero en el trasfondo del huerto.”

Relaciones inconfesables como la de mujer la de gabardina roja, o las de Bernardette y Luisa en ¿Cuándo la llevaron? Inocentes revanchas como en Tigre rasurado o venganzas inhumanas como la de Relato con jacaranda. Incluso guiños tecnológicos a cargo de los relatos protagonizados por el ingeniero José Luis Roma (dicen que Roma es amor al revés) y sus muñecas autómatas que nos advierten de futuros cada vez más cercanos. Entre sus juegos metaliterarios surge un alter-ego que también, como hizo el maestro en vida, da lecciones esenciales sobre creación literaria: 

“Una casa y un cuento deben ser sólidos, funcionales, necesarios, perdurables. En un relato, la movilidad necesita fluidez, por decirlo así, de la sala a la cocina, o de las recámaras al baño. Nada de columnas ni paredes inútiles. Las distintas secciones del cuento o de la casa deben ser indispensables y creadas con precisión. Se escribe literatura y se construyen hogares para que el hombre los habite sin dificultades.”

La riqueza y versatilidad de Samperio quedan patentes en este es volumen de cuentos, así como sus aspiraciones como artista:

“Los dramaturgos han escrito obras de teatro para acercarse al antiguo sueño del escritor de ficción: que seres humanos habiten sus textos. Que la creación artística pase de la zona de lo imaginario a la de la realidad. En el caso de mi tema el movimiento es inverso: que la realidad viaje hacia lo imaginario.”

Aún recordamos a Guillermo Samperio, un autor que sigue dialogando con nosotros a través de sus creaciones. 

 

Comentarios a mi correo electrónico: [email protected]

450 Historias de León

Acompáñanos en un recorrido por la historia de León. Recibe en tu correo relatos sobre personajes, barrios, tradiciones y momentos clave, que celebran la identidad leonesa, en el marco de los 450 años de nuestra ciudad.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *