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Perspectiva

¿Día de la liberación? Canadá responde

Sólo alguien fuera de sus cabales puede decir que la libertad aumenta cuando te cobran más impuestos, cuando el gobierno dice que debes pagar más por los autos o los productos que necesitas o te gustan.

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¿Día de la liberación? Canadá responde

“Como nunca antes, ahora tenemos que vivir las lecciones de los meses recientes… Canadá puede tener éxito en un mundo drásticamente diferente, donde la vieja relación que teníamos con Estados Unidos, basada en una profunda integración de nuestras economías y la cercana cooperación militar y de seguridad ha terminado”.

Mark Carney

Primer Ministro de Canadá

Solo alguien fuera de sus cabales puede decir que la libertad aumenta cuando te cobran más impuestos, cuando el gobierno dice que debes pagar más por los autos o los productos que necesitas o te gustan. Un ejemplo sencillo: los norteamericanos no tienen la libertad de comprar autos chinos sin antes pagar un 100% de arancel. A partir del “día de la liberación”, los norteamericanos quedarán sujetos a los impuestos de importación más importantes desde el Siglo XIX. 

El país de las libertades comienza a restringir el libre comercio, valga la redundancia. En la mente retorcida del presidente Trump no hay escala de grises, ni consideraciones humanas. Es la personalidad de los narcisistas. Pintan a Nerón tocando el arpa mientras Roma se incendiaba. Trump escribe barbaridades en su red particular mal llamada “Truth” después de la medianoche para amenazar a Canadá y a Europa si unen esfuerzos para enfrentarlo.

Lo que hacen los aranceles es someter al consumidor norteamericano a mayores precios y, en consecuencia, la disminución de su capacidad de consumo. Así de simple: los autos costarán más, las casas también, las hipotecas serán más caras. Lo dicen todos los  economistas serios, los de anteriores administraciones, los de las universidades y los centros de estudio, incluso los conservadores; lo dicen las empresas calificadoras de riesgos como Moody 's. Lo más importante, lo dicen los consumidores de EE.UU en las últimas encuestas realizadas. El “Conference Board" registra el peor ánimo de los consumidores desde la pandemia del Covid. 

Las “tarifas” son un golpe muy fuerte para quienes confiaron en la firma de Trump cuando ratificó el T-MEC. Todas las empresas que invirtieron en el bloque comercial norteamericano fueron defraudadas. Si quisieran producir en EE.UU lo que hoy fabrican en Canadá y México, tardarían años y gastarían miles de millones de dólares. Si en cuatro años o menos regresa la racionalidad, habrían perdido tiempo precioso para competir con un gigante llamado China.

Ante la adversidad, los canadienses pueden gritar más fuerte porque tienen más recursos y no dependen de la energía de EE.UU como nosotros. Lo que dijo el Primer Ministro canadiense en campaña fue impresionante. Recuerda los mejores discursos de Winston Churchill cuando le sugerían negociar con Hitler. 

En plena campaña para elegir al nuevo Primer Ministro, los canadienses tienen hoy un sólo enemigo al frente: Donald Trump y sus negocios de “tarifas”. No sólo porque “ataca” a los obreros de sus fábricas, sino porque no tiene el menor respeto por su vecino al llamarlo el estado 51 de Estados Unidos. Los agravios calan hondo en una sociedad pacífica y desarrollada que se  prepara a enfrentar a Trump con todo lo que tiene, y tiene mucho. 

A Carney, por ejemplo, quien es un experto diez veces más inteligente y preparado que su contraparte. 

¿Qué hará nuestra presidenta Claudia Sheinbaum?¿cuándo nos llamará a las filas de la resistencia? Por lo pronto mantiene la calma y evalúa los acontecimientos. Podría olvidarse de los pleitos mezquinos con la oposición,  y unir a todos los mexicanos, como lo hace Carney con los canadienses. Es la oportunidad.  

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