Construir, construir y construir. El ejemplo de Canadá
La idea de construir un millón de casas durante el sexenio es buena, pero sería mejor si pudiéramos hacer más.
“Vamos a construir durante los próximos 30 años”.
Mark Carney, primer ministro de Canadá en entrevista con Scott Galloway.
La idea de construir un millón de casas durante el sexenio es buena, pero sería mejor si pudiéramos hacer más. Un ejemplo de la planeación estratégica nacional bien ejecutada es la de Mark Carney, quien compite para ganar la elección de su partido Liberal el próximo lunes.
Como buen líder, Carney sabe que a su país, como a México, le tocó vivir una gran traición de los Estados Unidos. Después de haber firmado un acuerdo comercial (T-MEC), Donald Trump falta a su palabra y se inventa una emergencia nacional. Esa realidad hay que atenderla de inmediato.
Las cosas pueden cambiar en las próximas semanas con un ablandamiento comercial de EE.UU, pero la certidumbre se perdió con el on/off continuo del mercurial presidente norteamericano. Como se dice, “hay que esperar lo mejor pero prepararse para lo peor”.
Canadá tiene menor dependencia de Estados Unidos en recursos naturales y en capital de lo que nosotros tenemos. Su rumbo será explotar sus recursos naturales e iniciar una enorme cruzada para generar y vender más energía. Quieren ser fuertes en AI y en la industria de la descarbonización global.
El plan es construir tantas casas e infraestructura como sea posible. Según la propuesta, invertirán entre el 3% y el 4% de su producto interno. A pesar de tener solo 41.5 millones de habitantes, Canadá produce 2.2 billones de dólares al año, mientras México solo 1.8 billones con 130 millones de habitantes. Un canadiense produce cuatro veces más que un mexicano. Tenemos mucho por avanzar.
El golpe de los aranceles y las amenazas groseras de Trump de convertir a Canadá en su estado 51, ha unido como nunca a ese país. Además le dio la vuelta a los partidos. Antes de la guerra comercial, el Partido Conservador, encabezado por Pierre Poilibier, llevaba 20 puntos de ventaja al Liberal de Justin Trudeau. Con la llegada de Carney y su extraordinario conocimiento económico, ahora el Liberal adelanta con 7% en las encuestas.
Una de las diferencias de la estrategia de construcción de Carney con la de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum es que serán las empresas privadas las que construirán. El gobierno dará incentivos fiscales a los primeros compradores de vivienda y otros subsidios en créditos baratos.
En México regresamos al error de querer que el Gobierno - o el Ejército- construya. En muchos países los gobiernos son buenos administradores: aquí no. Lo vimos con el Tren Maya, con la refinería de Dos Bocas, con Mexicana de Aviación y, sobre todo, con el desastre de Pemex.
Otra estrategia inteligente es absorber parte de los empleos que se pierdan en la industria automotriz y en otros sectores con la capacitación para la construcción. El gobierno capacitará a todos los jóvenes que quieran tener un oficio: electricista, plomero, carpintero, sobrestante de obras. Plantean reducir los costos de permisos de construcción a la mitad e invertir sus grandes reservas de pensiones y bancarias en construir. Canadá no sufrió como Estados Unidos la “gran recesión” de 2008 por la solidez de su banca. Se adelantan a un futuro donde su principal socio y amigo les da la espalda.
Nosotros podríamos comenzar por recuperar la unidad nacional sin caer en nacionalismo de palabras. Tenemos tierra, recursos naturales y capacidad técnica para transformar al País, comenzando por la construcción. (Continuará)
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